Maximiliano cerró los ojos por un momento, intentando procesar sus sentimientos – Las cosas no siempre salen como uno espera – dijo finalmente, abriendo los ojos para mirarla directamente – He cometido errores, y... nunca dejé de pensar en ti, Eleanor.
Pero Maximiliano no se quedó ahí y dijo – pero no he sabido nada de ti, y nunca me mandaste una carta desde hace mucho – Sus palabras resonaron en la habitación, cargadas de un dolor acumulado que apenas podía contener.
Eleanor, aún con la cabeza gacha y apretando un poco las manos, respondió en voz baja – No sería correcto mandarle cartas a alguien que acababa de casarse – Sus palabras estaban llenas de una mezcla de tristeza y resignación. Recordaba claramente los días en los que había escrito y vuelto a guardar cartas que nunca envió, temiendo las repercusiones.
Maximiliano, con tono de reproche, replicó – ¿Y por eso cortaste cualquier tipo de comunicación conmigo? El lazo que antes tuvimos... pensé que m