Abel se encontraba abrazando a Milagros dormida, esta había quedado agotada después de su ronda de sexo con él hasta la madrugada. De por si, él era un hombre activo y ahora que tenia esposa no se iba a contener, ahora que aclaro sus sentimientos.
-Si esto es la felicidad, espero que dure mucho- susurró besando la frente de su esposa. ¡Te amo!
Milagros dormía placidamente a lado de su marido.
-Duerme amor.- la besó tiernamente hasta quedar rendido.
Una semana después de su hermosa Luna de miel ambos tuvieron que regresar para asumir sus puestos, Milagros a la Universidad y su esposo a su trabajo como director del Hospital central.
Abel logro consolidar su relación a lado de Milagros pudo conocer sus gustos, alegria y lágrimas. Tambié