Siento que debería haberlo sabido. Quiero decir, ella estaba allí en la cocina después de que James me dejara su tarjeta, y debe haberla tomado cuando la olvidé en la isla. No tengo ni idea de lo que he hecho tan mal para que ella finja que hice dos compras de mil dólares, la mayoría de las cuales se gastaron en lencería.

Suspirando, cierro la puerta y me doy la vuelta, solo para encontrarme cara a cara con la propia Chloe. Me arquea la ceja.

-¿Hurgando entre mis cosas?

Sacudo la cabeza.

-James pidió que te llamara para el té de la tarde.

Probablemente no la convencí porque el aspecto presumido solo crece en sus rasgos.