—Tú... —las cejas de Bruno se juntaron. Preguntó—: No te refieres a Clara, ¿verdad?
—Ay, sí me refiero —confirmó Adrián sin un momento de duda, su atención regresando a Bruno.
—Está bien, Adrián. Lo entiendo. Estás enojado conmigo, pero no tienes que involucrar a Clara —dijo Bruno entre dientes apretados—. ¡Clara es inocente! ¡Lo que pasó entre Raquel y yo fue mi culpa!
—¿Inocente, eh? —Adrián se volteó de nuevo hacia Clara—. Ya veremos eso.
—¿Carlos? —llamó Adrián. Su asistente había estado parado detrás de Adrián todo el tiempo.
A Bruno le pareció que tenían un acuerdo silencioso ya que el asistente se fue sin decir una palabra.
—Señor Reyes, no sabía que Bruno estaba casado cuando me cortejó, y yo... solo me enamoré —dijo Clara con una expresión lastimada—. Entonces, quedé embarazada...
—Guarda tu discurso para después. Lo vas a necesitar mucho —le dijo Adrián a Clara.
El aire a su alrededor se espesó, y Bruno y sus amigos se quedaron en silencio en los siguientes minutos a pesar de