Alessa llega a la habitación y al ingresar encuentra a Adrienna llorando mientras abraza el corderito de peluche, así que simplemente se acerca y abraza a la joven que rompe en llanto.

-Mi niña debiste decirle

-No iba a creerme – mientras se aferra al peluche

-Claro que te hubiera creído

-Nana, quiero irme…

-No podrás

- ¿Qué, por qué? – levantando su carita

-Leonardo ha dejado gente dispuesta en toda la hacienda – Adrienna queda en shock – tienen la orden de no dejarte salir, si acaso a montar, pero irás con alguien

- ¿Y Mattia?

-Mi niño Miguel Ángel le ha ordenado dejar de ser tu escolta

Y Adrienna empieza a llorar de nuevo.

La joven recuerda algo en el acto – nana, yo acepté ser la madrina de la hija de Madame Messina

-Serás su madrina, pero Miguel Ángel ha dejado en claro que solo te verá la cara ese día

-Nana no es justo…¿Por qué Leonardo me hizo esto?

-Porque heredó la mala sangre de esa perra que fue su abuela

-Nana, quiero morir – aferrándose a los brazos de Aless