Yanny todavía sentía que Zander le resultaba familiar cuando estaban sentados uno frente al otro en la oficina de la Agencia Inmobiliaria de los Amantes para firmar su contrato.

Ella miró la firma de Zander y no pudo evitar preguntar: “Señor Lucas, ¿nos hemos visto antes?”.

Zander sonrió y dijo: “Señorita Yanny, sé que eres una verdadera belleza, pero ¿no crees que tu frase para ligar está demasiado pasada de moda? Además, tengo esposa y le soy leal”.

Yanny soltó una leve risa sin hacer más comentarios. Después de todo, un narcisista como él no lo entendería.

Ellos firmaron el contrato con éxito.

Zander le entregó las llaves y la contraseña a Yanny. Antes de irse, él no pudo evitar decir: “De verdad que eres una jovencita muy afortunada. Sólo un tonto te vendería la casa. Tienes mucha suerte”.

“Señor Lucas, ¿estás tratando de decir que tengo suerte o me estás presumiendo que eres un buen tipo?”.

Zander se frotó la nariz y tosió secamente: “Ambos”.

Yanny encontró una com