Ella hace el intento por abrir la boca pero Jonathan le acerca a la cien la boquilla de su revólver y eso la paraliza.
—¿Y eso a ti qué te importa? —replica él—. ¿Acaso te gusta como primera dama? Sería algo nefasto el hecho de que ella llegara a tu cama siendo una puta.
Tiene el descaro de restregarle la verga en el trasero y eso me descoloca pero no lo demuestro, me mantengo firme, serio y en la misma postura de hijo de puta.
—Te pregunté algo —refuto dirigiéndome a Anelys.
Sus ojos redondos y rojos debido al llanto me suplican ayuda, y eso me prende, quiero ver esa misma carita llena de miedo cuando la esté follando.