[Narrador Omnisciente]

[En la mansión De Luca..]

Los guardias de afuera ajenos al suceso de adentro se encontraron extraño que Camíl estuviera allí con un enorme peluche, ya todos sabían los asuntos personales de sus jefes.. Le dieron paso.

Camíl tocó el timbre y al abrir su sonrisa se desvaneció al ver a Clark, que la entró con una fuerza bruta. Ella tocó su vientre por instinto. Él le colocó una máscara. Se alejo y señaló todo a su alrededor.

Él, de pie en medio de la sala, su mirada fija en ella. La alegría de creer que iba a hablar con su niña se convirtió en un terror gélido, y el aire no solo está lleno de un gas letal, está lleno con el olor de la muerte. El eco de esa risa demente llenó sus oídos.

El terror de Camíl se solidificó al ver el rostro deformado por la rabia de Clark. Su sonrisa es un abismo. A su alrededor, Carmen y los guardias yacían inmóviles, como estatuas de sal. La única voz en la sala es el crujido de las botas de Clark sobre el piso y los sollozos de Kyra—