Traspasando la puerta del ático lo encontró desparramado por uno de los sofás y con la típica cara que llevaba teniendo aquellos dos días.
-¿No tienes ropa?-
Nick, usando solo un pequeño short y sin camiseta, levantó la cabeza y le vio junto a la puerta con una bolsa en una mano. Prefirió no contestar no fuera a ser que se ganara unos cuantos azotes. Aún se acordaba de cuando llegaron de las compras y el moreno le puso el culo ardiendo.
“No me esperaba que fueras un caprichoso”. Le dijo después de molerle el culo a azotes.
Bueno, solo fueron doce, uno más que la primera azotaina que le dio.
De pie y sin moverse, Mark lo llamó:
-¿Nene?- Nick volvió a mirarle -Tengo un regalo para ti-
El pelinegro alzó la mano donde llevaba la bolsa mostrándosela. Nick reconoció el nombre de la tienda de ropa a dónde fueron hace dos días.
-No…no he hecho nada como para que me regales algo- dijo incorporándose en el sofá.
-No tienes que ha