Todo el cuerpo de Avery se enfrió.
¡Ella sintió como si le estuvieran gastando una broma!
Aunque fuera la doctora más increíble del mundo, ¡no podía devolverle la vida a los muertos!
"Señorita Tate, esta es mi querida hija. Es la mujer más hermosa del mundo", dijo David mientras se inclinaba hacia Avery. Su voz tenía un toque de burla y locura. "¿Puedes curarla? ¡Si puedes, entonces estoy dispuesto a darte todo lo que quieras!".
Con los ojos enrojecidos, Avery lo apartó y le espetó: "¡Estás loco! ¿Cómo voy a curarla si ya está muerta? Solo puedo curar a la gente que está viva. ¡Nunca he dicho que mis habilidades sean tan grandes como para poder resucitar a los muertos!".
"¡La gente me ha dicho que eres la última alumna de James Hough y que tus habilidades médicas superan las suyas! ¡¿Por qué no puedes curar a los muertos?! ¡¿Cómo puedes saberlo si no lo intentas?!". David agarró el brazo de Avery y no la dejó irse. "¿A dónde cree que va, señorita Tate? ¡Esta es su casa a partir de