Cuando Layla y Hayden entraron en la habitación, encontraron que Shea estaba inquieta y murmuraba en voz baja: "Hermano... Hermano...".
Los hermanos fruncieron el ceño y se apresuraron a ir junto a su cama.
La cara de Shea estaba roja y su piel se sentía muy caliente. "¡Tiene fiebre otra vez! ¡Voy a buscar a mami!", dijo Layla mientras corría hacia Avery.
Hayden sujetó las manos de Shea y trató de consolarla: "¡Shea! ¡No te preocupes!".
Shea abrió ligeramente los ojos al escuchar la voz de Hayden.
¡Pensó que su hermano, Elliot, había acudido a ella por fin!
Shea sintió que se moría de calor.
"Hermano... Abrázame...", gritó Shea.
Hayden se sintió impotente. No podía abrazarla porque era muchísimo más pequeño que ella.
Hayden esperó a que su mami atendiera a Shea.
"Hermano, ¿ya no quieres a Shea? ¿Por qué no me abrazas?".
Shea lloraba histéricamente. Arroyos de lágrimas brotaban de sus ojos.
Hayden se parecía a Elliot de pequeño. No era de extrañar que Shea lo hubiera