Elliot estaba más sorprendido que nada porque sintió que el hijo que había tenido con Ruby, si es que lo había y resultaba ser una niña, se habría parecido a cualquiera menos a Layla.
Los rasgos faciales de Layla se parecían a los de Avery.
Tras aceptar la solicitud de amistad de Ruby, Elliot miró la pantalla de su teléfono y esperó a que Ruby le enviara una foto.
Su corazón latió aún más rápido cuando vio las palabras "enviando foto" junto al nombre de Ruby.
De la nada, Robert estiró su manita y golpeó el teléfono bruscamente, lo cual hizo que este cayera al suelo.
Robert quería ver las fotos y se enfadó cuando Elliot ya no se las enseñó.
Después de tirar el teléfono al suelo, el pequeño resopló con rabia y luchó por bajarse de los brazos del hombre.
Elliot lo sujetó con una mano y recogió el teléfono con la otra.
"¡No te enfades! ¡Te voy a enseñar las fotos!", susurró Elliot. "Tienes un temperamento muy fuerte para ser tan pequeño. Ni siquiera tu madre es tan feroz como tú".