Conquistando al CEO Escandinavo
Conquistando al CEO Escandinavo
Por: M. Díaz
Capitulo 1 “Pedidos"

Todos tenemos Ángeles y todos podemos ser, el ángel de alguien, en un momento de nuestras vidas.

Presente

April Merck

Lloraba desconsolada la muerte de mi mejor amiga,  la madre de ella pasó por mi lado y de forma despectiva me dijo:

–Recoge todas tus cosas y sal hoy mismo de aquí. Ya pusimos el PH en venta– me tiraba las cosas que estaban sobre la cama.

Me enfurecí:

–Usted viene a insultarme, ni siquiera me permitió acompañar a mi amiga en su última noche entre los vivos. A mí, que la quiero tanto y que viví con ella sus últimos cinco años. En toda su vida, ustedes, que son sus padres, no compartieron  con Jade ni la mitad de ese tiempo.

–Bueno, ya ella se fue. Mañana no te quiero aquí. 

–Claro que me iré, pero tenga en cuenta que,  por el amor y respeto que le guardo a Jade,  no le parto la cara en dos a usted, sólo por el hecho de haberla traído a este mundo para que yo la conociera.

–Donald,  por favor sácame de aquí, no quiero ver más a esta delincuente.

Salieron temiendo que yo los atacara.

Esa noche recogí todas mis cosas. Vi en la sala la foto donde estamos juntas y recordé ese momento de hace un unos meses atrás.

April, cuando mis padres vengan, el día que yo me vaya de esta casa para siempre, ese día debes quedarte con la foto en mi mesita, mi portátil, la table,  mi teléfono y mis joyas.  Hay un sobre sellado en mi almohada, rómpela para encontrarlo y ese sobre llévalo contigo.  Allí hay secretos que solo contigo quiero compartir”.

Lloré  recordando su rostro descamado. Aquella enfermedad fue creciendo en toda su piel, y aunque no fue lo que la llevó a la muerte, pues murió de leucemia, esa extraña enfermedad en la piel le dio una vida llena de humillaciones, de burlas, de traumas, de tristezas y de una soledad que le pesaba demasiado. jamas me olvidare del dia en que la conoci...

5 años Atras

POV April

Me fijo en mi celular y un aviso de mensaje aparece en la pantalla. Por fin, mi alma mater,  me concede la beca.

¡Estoy muy alegre porque, con esta ayuda, ya podré disponer de un dinero extra, al fin puedo pagar algunas cuentas pendientes!

Ah, bueno con esto podré pagar las hojas y los lápices, o quizás…–saco cuentas en mi cabeza–, debo la renta del depa en Londres pero, lo puedo atrasar para el mes que viene…Aún me quedan varias semanas.

Muero de hambre. Entre esta biblioteca y mi proyecto me consumo, ya tengo 6 horas trabajando en él. Es mi bebe, para mi futuro, mi carrera –mejor como algo  por aquí cerca.

Camino por los alrededores de la Universidad, veo que está muy concurrido, quizá allí. Entro en un restaurante cercano.

Pero me centro en algo que llama mi atención, noto que unos chicos se acercan a una joven, cuyo rostro y cuerpo estaba marcado por grandes manchas en su piel. Parece que se burlan de ella.

Busco un asiento, y sigo observando. En verdad es increíble, pero en todas partes, aún, hay acoso escolar... No lo puedo creer... Tantas protecciones y leyes y aún hay ese tipo de gente. Al cabo de un  rato, casi todos los chicos alrededor de la chica se marchan, sólo  queda uno, muy alto y atlético, de pecas en la cara, es quien le toma el mentón a la chica con una servilleta y la voltea  hacia él.

–Mañana a la misma hora, No lo olvides –le espetó con desprecio y asco para luego tirar la servilleta al piso.

“Dónde cree él que está,  ¿En su casa?”–pensé

–¡Oye, Pecoso! –Le grité –. Ve a echar las porquerías en el cesto de tu madre, imbécil.

–¿Quién coño eres tú? Hija de p**a –me dijo el chico y se devolvió furioso.

La joven intentó correr,  la detuve y le dije:

–Quédate allí, no le demuestres  temor –la muchacha  se quedó trémula.

–Ahorita te mostraré quien soy –le respondí.

 El pelirrojo se me encimó y lo empuje, él se tropezó con un cesto y cayó al piso, aproveche y me le monte encima. Con mis rodillas le inmovilizó las piernas y le dije a la chica:

–Grábalo en tu celular. Dale de su propio jarabe.

Apreté su nariz, le mordí la mejilla hasta dejarle mi perfecta dentadura marcada, luego las orejas y el mentón, después escupí con desprecio e hice el gesto de vomitar para la grabación de la chica. Y por último,  puse mi mano en su entrepierna, le agarré y le apreté fuertemente el miembro al pelirrojo, hasta verlo ponerse rojo de dolor.  Mee levanté y él salió corriendo despavorido. 

–No sabes con quien te metes...–le grité al chico.

–Ese pelirrojo, seguramente vendrá a buscarte problemas por mi... ¡Son unos canallas!... Siempre pasan por aquí a meterse conmigo –me dijo la chica, estaba a punto de llorar.

–Son unos mocosos aprovechados,   no te preocupes, la próxima vez que les pillé, les daré su golpiza como hoy –le respondí con firmeza.

–Pero, no vale la pena que corras riesgos por mí –me dijo ella en voz baja.

–Si no te ayudara, estoy segura de que me arrepentiría el resto de mi vida –mi ira ya se había ido, le hable con comodidad y  confianza.

Los ojos de la  chica brillan, se siente mejor y me agradeció. Luego, me dio una nota con su número de teléfono.

–Tengo que entrar a clases ahora mismo, pero te prometo que pronto te invito a tomarnos una birra –me dijo.

Antes de salir se volvió a mí y me dijo:

–Si tienes problemas  por esto, llámame, tengo abogados que pueden ayudarte.

Así se marchó, y aunque no tomo nada de alcohol, no podía decirle que no, después de ver esa mirada de luz.

Y así, April Merck y Jade Curtis, nos conocimos en esa tarde impresionante e inolvidable para ambas.

Presente

Busqué tres  bonitas maletas y las llené de ropa y zapatos, tomé el costoso celular y su portátil, también la table y las fotos que tenía por ahí de nosotras dos. Recogí todo lo que ella me pidió y todo lo mío sin dejar nada que me pudiera identificar. Abrí su joyero, sorprendiéndome con una cajita negra que contenía un collar de piedritas muy brillantes, parecía totalmente nuevo, la verdad, nunca se lo vi puesto, sin embargo las tomé todas como ella me dijo.

Me fui al departamento de Mi antiguo novio, quien después de muchos besos y calenturas,  me dijo que no le gustaban las mujeres y se llevó a vivir a la casa a un compañero del hospital donde trabajaba. Me enseñó a besar y me dejo con mi virginidad intacta. Pero es un gran amigo.

–Alexander –le dije al abrirme la puerta–. Necesito me des posada por unos días. Por los viejos tiempos.

–Está bien April. Puedes pasar –me dijo Alex.

Esa noche me  puse a revisar en la portátil de Jade. No quise encender su teléfono por temor a que me encontraran por el GPS.

Escribí de todo lo relacionado a ella y nada que daba con la clave. Finalmente tomé la foto donde estábamos juntas, la apreté contra mi corazón y lloré de nuevo. Entonces fue cuando vi esas letritas pequeñitas: aprilandme20140917,  fue el día que nos conocimos. Con ello en mente, pude entrar a la portátil.

Había un archivo con mi nombre. Allí 2 videos en secuencia.

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