—Giancarlo tengo que colgar. – Me interrumpe Adam.
—¿Qué le sucede? – Pregunto.
—Tiene que descansar. Es lo que me dice el veterinario. Giancarlo—sama. – Me cuenta Adam.
—Ve a casa Adam. Si sucede algo que me llamen, no importa la hora. Gracias. – Le ordeno antes de colgar.
Guardo el teléfono en el bolsillo, voy a recepción a preguntar de nuevo, tal vez esta vez tenga algo de suerte y pueden informarme sobre el estado de Antonella. Está vez al menos esta otra enfermera.
—Buenas, deseo saber sobre el estado de Antonella Adatto, llego hace una hora y media. – Le pido.
—mmm ¿Usted es familiar de la paciente? – Me pregunta.
—Su novio. – Le respondo.
—Lo siento, pero no puedo decirle nad