La chica lloró muy fuerte mientras sacudía la cabeza. "¿Crees que no soy una malagradecida?".

"Por supuesto que no eres una persona desagradecida. ¿Cómo salvaría mi vida una persona desagradecida?", dijo Kingston suavemente.

La chica lloró aún más cuando escuchó eso. "Pero ellos, todos mis parientes de mi familia materna, dijeron… que tanto mi hermano menor como yo no tenemos… conciencia y somos desagradecidos".

"Ellos dijeron que no los apreciamos. Incluso mi madre me menospreciaba… a mí, a mi hermano y a mi padre".

"¿Cómo es eso? ¿Qué está pasando exactamente? Dime lentamente. Tómate tu tiempo. Veré si puedo ayudarte después de que me cuentes todo", preguntó Kingston confundido.

La dulce voz de Kingston animó a la chica. Sus lágrimas se redujeron ligeramente, pero su voz se volvió incomparablemente ronca.

En la sala del hospital donde solo ellos dos estaban presentes, la chica le contó a Kingston sobre su situación familiar.

El nombre de la chica era Eevonne York. Se pronunci