De esa manera, el tiempo se desperdició año tras otro. Eva no se había casado con una buena familia para cuando ya tenía más de treinta años. No solo eso, sino que incluso Eva estaba tan malcriada que tenía la mala costumbre de ser arrogante. Desde el fondo de su corazón, ya pensaba que era una élite de una familia noble y eminente. Incluso pensaba que siempre tenía cuatro hermanos y que era la única niña en la familia. Se consideraba a sí misma como una señorita de la familia Shaw. Este tipo de mentalidad se había plantado profundamente en su mente.

Después de eso, cuando miraba a los hombres por ahí, sentía que nadie era digno de estar con ella. Sin embargo, ya no trató de tener ideas sobre los hombres de la familia Shaw porque sabía que nunca se casarían con ella. Nunca había esperado que en ese momento Keegan le estuviera diciendo que la persona que quería presentarle para que fuera su novio era en realidad el amo más joven de la familia Shaw, Marcus.

Por supuesto, Eva quería c