Jiang Sese permaneció en silencio, dejando que el hombre la reprendiera.
También era consciente de la gravedad del asunto. Lo que más les importa a las mujeres es su cara, así que ¿quién no se enfadaría?
Su tono se volvió más sincero. “Lo siento, seremos responsables de los daños causados a su esposa”.
El hombre hizo una mueca, la miró y dijo: “¿Responsables? ¡¿Qué clase de responsabilidad van a asumir?!”.
“Invitaremos a los expertos más cualificados para que traten a su mujer, y pagaremos todos los gastos médicos. Además, le daremos una explicación lo antes posible. Si tiene otras demandas, también podemos discutirlas”.
Jiang Sese mostró compasión y actuó razonablemente.
El hombre hizo una mueca y dijo: “No quiero ninguna explicación. Ahora mi mujer está desfigurada y mi familia arruinada. Como nosotros lo estamos pasando mal, todo el mundo lo pasará mal”.
Cuando el hombre miró a la mujer que yacía en la cama, hubo un destello de locura en sus ojos, y entonces dijo: “Demand