Cuando Crimmings se fue, Ying Tian se puso en contacto inmediatamente con Jin Fengchen y le contó lo sucedido.

“Parece que no tiene mucha prisa”. Los ojos de Jin Fengchen se entrecerraron ligeramente, dando un indicio de peligro.

En ese caso, lo ayudaría un poco.

Por lo tanto, Jin Fengchen le dijo a Gu Nian que dividiera en secreto la cuota de mercado nacional de Crimmings.

Esto, sin duda, haría la vida de Crimmings más difícil.

Crimmings estaba corriendo por todas partes, y estaba tan ocupado como una hormiga. No tenía tiempo para ocuparse de Su Qingyin en absoluto.

A decir verdad, se sintió decepcionada al ver su compañía así.

Pensó que finalmente encontró un respaldo, para poder vengarse y duplicar la injusticia que sufrió.

¿Y cómo quedó?

La empresa estaba muy decaída, y él estaba tan ocupado que se estaba olvidando de ella. ¿Cómo se enfrentará a esa p*rra de Jiang Sese?

Cuanto más pensaba Su Qingyin en ello, más decepcionada estaba con Crimmings. Al mismo tiempo, esta