Sus ojos se iluminan de emoción.
"¿Es así, gatito?" pregunta Dante.
Asiento, mirándolos a ambos durante una larga y agradecida pausa. "Por supuesto que es. Te amo. Los amo mucho a ambos. Sé que siempre me harás feliz primero”.
"Joder", rechina Ryder con una sonrisa tensa y llorosa. "Te amo, cariño.