Niego suavemente con la cabeza, no tengo el valor de mirarlo a los ojos y no es porque esté ocultando algo, sino que... no le he dicho a Reese estas palabras y me causa demasiados nervios decirle lo que siento a su padre.
—No se preocupe... nunca le haría daño a Reese... porque yo.... — El tono de mi voz ha empezado a bajar de forma gradual, al punto que apenas me escucho.
—¿Si? — Pregunta de forma insistente.
—Es que... yo.... — Mis nervios me traicionan, como siempre y termino transformándome, esto hace que me sienta aún más avergonzada. —Y-Yo.... — Atisbo la mirada, siento como el rubor se extiende por todo mi rostro. —Y- Yo.... amo a Reese— Murmuro entre dientes mientras me encojo en mi lugar, bajando las orejas.
—Oh... vaya.... — Responde con sorpresa. —Me alegro que ustedes hayan llegado a ese punto de su relación, me siento más tranquilo.
—N-No le he dicho... esto a Reese— Sigo hablando en un tono bastante bajo, tengo los nervios a flor de piel.
—Entiendo, espero le digas pront