Esa noche, Ling Yiran sintió que habían vuelto a ser como antes: íntimos. Sin embargo, ella fue quien tomó más la iniciativa esta vez.

En el pasado, él la seducía con todas sus fuerzas para que ella accediera.

Ahora, ella era la que tomaba la iniciativa.

Ella sabía qué hacer para complacerlo. Sabía cómo reaccionaba su cuerpo. A pesar de que él la había olvidado, su cuerpo seguía siendo el mismo.

Ling Yiran se quedó agotada al final. Yi Jinli incluso la llevó al baño para que se limpiara.

Apenas podía mover los dedos mientras él la lavaba.

Yi Jinli miró los moretones y las marcas rojas en su cuerpo. Eran las huellas que él había dejado sobre ella.

Su cuerpo la deseaba más de lo que habría podido imaginar. Incluso cuando ella estaba sobre él, cada célula de su cuerpo parecía estar clamando y anhelándola.

Casi como la llegada de la lluvia después de una larga sequía. Él la anhelaba.

¡Probablemente ella era la única que podía hacer que él cuidara de alguien así!

Justo cuando él l