Cuando Bianca llegó a la habitación de Blake, escuchó el llanto de Paige, lo que le provocó una punzada de ansiedad.
Al entrar, Paige se levantó de inmediato y le tomó la mano.
—Bianca, tú debes saber dónde está Blake. Él confía en ti. ¡No desaparecería así como así! —su voz temblaba, y las lágrimas le llenaban los ojos.
—Señora Lopez, por favor, no se altere. Cuénteme qué pasó —dijo Bianca, intentando calmarla.
—Últimamente, Blake ha salido al jardín a tomar el sol. Hoy dijo que quería estar un rato solo afuera.
No le di importancia y lo dejé ir. Pero nunca regresó. Lo he buscado por todo el hospital y no lo encuentro. Con su condición… ¿a dónde podría haber ido? —la voz de Paige se volvió más agitada mientras hablaba, apretando la mano de Bianca con fuerza.
Bianca la sostuvo con delicadeza para tranquilizarla.
—¿Dijo algo extraño o actuó diferente antes de salir?
Paige al principio no podía pensar con claridad. Luego, un recuerdo afloró.
—Sí —dijo—, esta tarde estaba mirand