Capítulo 35. La voz.
Corrieron por el camino que habían tomado Salva y Santi durante su fuga, buscando cualquier rastro de la pequeña Kaire. La noche ya había caído, la preocupación y el miedo se apoderó de ellos.
—¡Kaire! —gritó Erika corriendo desesperada, lo mismo hizo Julián y los niños.
Caminaron hacia el patio de la casa, se dirigieron hacia la parte lateral de la propiedad, pero no la encontraron, Aníbal llamó a los guardias de seguridad y pidió a uno de ellos que llevara el auto.
—Erika, yo iré a dar un recorrido con Aníbal para ver si la encontramos —informó deseando que se calmara, porque se veía demasiado angustiada y temía que le ocurriera algo.
—Yo quiero ir con ustedes —pidió ella.
—Lo mejor es que te quedes aquí y estés pendiente por si aparece, nos avisaremos cualquier novedad.
Subieron al auto e hicieron el recorrido buscándola, primero hacia arriba de la calle y luego regresaron hacia abajo, pero lamentablemente no la encontraron, no apareció por ningún lado.
—No se vino caminando, es