Capítulo 42|| PUNTO DE VISTA DE BELLONA ||«¿Qué tal estoy?».Me preguntó Dante con una sonrisa en los labios. Llevaba un traje granate a juego con el mío. Por la mañana fui de compras. Todos los dependientes me recomendaron que comprara este conjunto. El vestido que llevaba tenía un par de trajes granates. El gerente de la tienda me dijo que era su último modelo para parejas. Ni siquiera consideré comprarlo para Dante. Él siempre vestía trajes oscuros. El granate no era un color de su gusto. Pero a mí me encantaba ese vestido granate. Así que lo compré como vestido individual, pagando el doble por él.A decir verdad, no esperaba que Dante se diera cuenta de algo así. Él estaba conmigo, pero siempre pegado al teléfono. Me acerqué para verlo más de cerca, sonriendo felizmente.«¡Joder! ¿De verdad te has puesto esto? No puedo creer que hayas hecho esto».Dante sonrió un poco, mirándose a sí mismo.«Como no me compraste nada, tuve que hacerlo yo mismo. Solo espero que mis hermanos no se

Capítulo 44|| POV DE BELLONA ||«Es... la hora... Leo...».Le envié el mensaje de texto a Leo después de deshacerme de Lusia. Ella era la razón de mi mal humor hoy. Miré a mi alrededor en la fiesta y vi que la mayoría de las personas importantes se habían ido. Solo quedaban unas pocas personas cercanas al abuelo. Se quedaron a pasar la noche para su reunión.Vi a Kayla hablando con el abuelo. Siempre fingía una gran sonrisa y me dieron ganas de poner los ojos en blanco. Quizás habría sido más beneficioso que utilizara su cerebro en otra cosa en lugar de su habilidad para halagar. La voz de Dante desvió mi atención de Kayla.«Tenemos que irnos, Tesoro».Me alegraba que se hubiera acabado la frialdad entre él y su abuelo. Lucas no era un hombre fácil, pero Dante era más que capaz. Aunque lo odiaba profundamente, no podía dejar de preocuparme por él. Tras respirar hondo, murmuré:«Dante... hay alguien... a quien te gustaría conocer... posiblemente... yo... voy a llamarla».Dante entrece

Capítulo 46|| POV DE BELLONA ||Me odiaba a mí misma por haberme metido en esta mierda. No me arrepentía de haber ayudado a la señora Brianna Fernández, pero no quería que él me tratara así. Sabía que tenía una forma enfermiza de torturarme, pero hoy no sentía la chispa. Era más como si me estuviera recordando mi lugar en su vida.Me susurró, arrastrándose detrás de mí:«¡DILO, PEQUEÑA TIGRESA!».Tragué saliva antes de recordar las condiciones que le había impuesto:«Solo... solo vamos a follar... sin sentimientos...».Él gruñó, con ira en su voz:«¿Quién manda aquí?».Me mordí el interior de las mejillas y murmuré débilmente:«Tú... tú...».¡PAK!Un latigazo aterrizó en mi trasero. Dejé escapar un gemido de dolor, que se disparó desde el lugar donde me había golpeado. Las lágrimas me picaban en los ojos por el dolor. No se detuvo, y otro fuerte golpe aterrizó en mi trasero, sobresaltándome por el dolor. Gruñó detrás de mi espalda:«¿POR QUÉ TE OPUSISTE A MÍ? ¿POR QUÉ COÑO TE PUSISTE

Capítulo 48|| PUNTO DE VISTA DE BELLONA ||«¿No vas a casa esta noche, señora?»,Me preguntó Leo mientras me dejaba delante de un bar desconocido. Necesitaba despejar la mente. No podía estar en ningún sitio de la ciudad. Dante era dueño de la mayoría de los bares y muchos de ellos pertenecían a mi organización.Negué con la cabeza, envolviéndome en el abrigo.«¡No! Solo quiero estar sola. Puedes volver, Leo».Leo parecía dudar en dejarme en un lugar desconocido. Me preguntó con preocupación:«¿Le tienes miedo a Dante? Puedes venir a mi casa, Misus. No se atreverá a buscarme allí».¿Miedo? ¡Dios! ¡Es que odiaba a ese hombre! Me iba a dar otra paliza si se enteraba de que me había escapado de casa.Rechacé la oferta educadamente, esbozando una sonrisa incómoda:«No, Leo. Solo quiero estar sola. Además, aquí nadie me conoce. Tengo mi pistola conmigo. ¿Qué me va a pasar? Vete a dormir. Estaré bien».Leo suspiró al oír la determinación en mi voz. Miró a su alrededor con cuidado y dijo:«

Capítulo 50|| POV DE BELLONA ||«¡QUÍTALO! NO PUEDO CREERLO... Me has hecho esto».Debería haberlo adivinado antes. Me confesó que había puesto el rastreador muy recientemente. Seguía enfadada y me preguntaba si siempre había rastreado mi ubicación. ¿Sabía que me había reunido con Vitale?No lo creía, ya que él no era el tipo de hombre que controlaba su temperamento. Cerré de un portazo la puerta de la sala, sobresaltando a las enfermeras que estaban allí para atenderme. Todos los médicos se apresuraron a atenderme en cuanto vieron a Dante.Dante frunció el entrecejo, suspiró y le dijo al médico:«Examínela, por favor. Está sangrando».Ignorando mi hematoma, le pregunté:«Usted se lo quitará».Él respondió con un suspiro, examinando mi moretón con el ceño fruncido«Es por tu seguridad, pequeña Tigresa. No siempre te sigo, a menos que estés en peligro».Tenía que pensar en una forma de deshacerme de ese anillo. Bueno, no quería perder mi anillo de boda, pero había que quitar el rastre