Capítulo 152: ¿Dónde más, Andrews?Él giró lentamente el rostro hacia ella, y una sonrisa ladeada apareció en sus labios. Levantó la mano y la posó suavemente sobre la parte superior de su cabeza, como si ella fuera un objeto precioso con el que aún no sabía cómo tratar.— Solo cuando se trata de ti — murmuró. — No querrías saber cómo resuelvo las cosas con los demás.Ella arqueó una ceja, pero no respondió. Solo dejó escapar un suspiro y se movió, apoyando las piernas sobre su regazo mientras se inclinaba hacia adelante, ayudándolo a abotonarse la camisa todavía algo desordenada. Andrews observaba cada movimiento con una sonrisa divertida, intentando acomodar los mechones rebeldes de su cabello.Sin embargo, pronto sus manos deslizaron de nuevo hacia los muslos de ella, acariciando la piel con delicadeza. La textura suave y aterciopelada parecía haberse grabado en la memoria de sus dedos.— ¿Puedes dejarme en la universidad? — preguntó ella, con la voz un poco más baja.Minutos despu

Capítulo 154: una caricia silenciosa. Aurora subió con Andrews en silencio, sintiendo el corazón aún acelerado, no solo por la escena anterior en el hospital con Alice y Rodrigo, sino por la sensación incómoda de que algo estaba a punto de cambiar. Apenas entraron en la habitación, se encontró con una caja rosa sobre la cama. Era grande, cuidadosamente envuelta con una cinta de satén también rosa. — ¿Qué es esto? — murmuró, dando un paso vacilante. Andrews solo la observó de lejos, sin decir nada. Aurora se acercó con cautela, arrodillándose delante de la caja. Cuando tiró de la cinta, la caja se deshizo sola, revelando un pequeño oso de peluche blanco con ojos brillantes de vidrio. En el cuello del oso, había un pequeño sobre doblado.Sus dedos temblaban cuando lo tomó. Por un momento, dudó en abrirlo. Luego tiró con cuidado de la solapa y deslizó el papel hacia afuera."Mi amor, Hoy hace exactamente 8.393 días que naciste. Ocho mil trescientos noventa y tres días desde que el m

Capítulo 157: Decisión drástica — Es mi madre —susurró, casi sin voz. Contestó con las manos temblorosas. — ¿Aló? Del otro lado, la voz de Kelly Bloonson explotó como una tormenta. — ¡Ingrata! ¿Has perdido el juicio de una vez? ¿Qué piensas que estás haciendo? Aurora retrocedió un paso, como si hubiera recibido una bofetada. — Yo no hice nada, mamá. Yo solo... — ¡No me mientas, maldita! —gritó la mujer, con un odio puro en la voz—. ¡Secuestraste a tus hermanos! ¡Voy a llamar a la comisaría ahora mismo! ¡Vas a pagar por esto! Aurora sintió que las rodillas le flaqueaban, su respiración se volvió superficial. Sus ojos buscaron a Andrews, en busca de ayuda, de protección. Parecía una niña a punto de desmoronarse. — Yo... yo no hice nada —repitió, intentando defenderse. Kelly no la escuchó. Al otro lado de la línea, seguía lanzando insultos y amenazas. Aurora apretó el celular contra el oído, pero su mano temblaba tanto que casi lo dejó caer. Sus ojos estaban fijos en los de A

Capítulo 158: Revelaciones y ProtecciónPero Andrews, firme, con una expresión dura, levantó la mano hacia ella, pidiendo calma. — Shhh... tranquila. Voy a resolver esto en un segundo.Se giró con determinación y bajó los amplios escalones de la mansión, mientras Donovan lo acompañaba, intercambiando miradas serias con él. En menos de cinco minutos, los portones se cerraron con un estruendo discreto, los autos de la policía ya se estaban yendo, y Aurora, aún inmóvil en el pasillo, sentía que el mundo giraba a su alrededor, mientras Jascy intentaba mantenerla tranquila.Más tarde, Andrews regresó con Donovan a su lado. Los dos subían las escaleras en silencio, conversando en voz baja y con una expresión grave, como si algo más profundo estuviera detrás de todo aquello. Aurora, ansiosa, los siguió con la mirada.— ¿Qué pasó? — preguntó finalmente, con la voz temblorosa.Andrews se detuvo, se giró hacia ella y habló con voz serena, aunque pesada: — Tu madre, Kelly Bloonson, ahora es of

Capítulo 160: Preparativos e outras intençõesAurora se despertó con el sonido de risas y voces cantando. Su primer reflejo fue encogerse bajo la manta, pero al abrir los ojos se encontró con Andrews, su hermana Mariana, Donovan y Jacy en la puerta del cuarto. Sus sonrisas eran cálidas, pero lo que más la sorprendió fue el pastel, los globos y, sobre todo, la sensación de que algo estaba ocurriendo de manera diferente. No era fanática de las fiestas de cumpleaños, siempre había evitado cualquier tipo de celebración, pero al ver la escena, no pudo evitar sentirse conmovida.— ¡Feliz cumpleaños, Aurora! — dijo Mariana, con una sonrisa de oreja a oreja. Parecía genuinamente feliz por ella, y eso calentó el corazón de Aurora.Andrews, con su habitual sonrisa contenida, se acercó con un pequeño paquete, un gesto amable en sus manos. Al entregárselo, dijo:— Sé que no te gustan las fiestas, pero hoy es diferente. Quiero que sepas que eres importante para todos nosotros. — dijo Jacy mientras