Daven entró a la estancia cuando sus ojos se prendaron de una hermosa joven, de cabello negro y ojos marrones y labios provocativos, su lobo estaba confundido no supo que decir, pero Daven si, ella era su luna ahora si estaba seguro. — Daven, quiero presentarte a Ivanna y a su madrina Frida –El joven ignoró a su padre y se acercó lentamente hasta llegar a la joven que lo observó fijamente a los ojos, extendiendo su mano.— ¿Lo sentiste? –Preguntó Daven, dejando a Nicholas y a Goran mirándose entre sí confundidos.— Eso creo... –Susurró la joven, el sonido de su voz removió todo el cuerpo de Daven."No puede ser ella, yo creí..." –El pensamiento de Daven inmediatamente lo silenció."Lo sentiste, es ella es nuestra luna" — ¿Daven todo está bien? –Preguntó Nicholas con inquietud, el joven se giró hacia su padre sonriendo.— Sí, acabo de sentir la conexión, acabo de encontrar a mi Luna –La expresión de sorpresa en todos los presentes fue evidente, pero en la entrada había alguien más C

Camille intento salir de la habitación cuando Daven nuevamente la tomó, pegándola contra la pared acercándose a ella. — Mírame a los ojos y dime que de verdad crees que es la mejor decisión ¿Por qué lo haces? ¿Por Ivanna? no tengo la... — ¡No seas engreído y apártate! –Con sus manos Camille empujó a Daven con tanta fuerza que el príncipe casi traspasa al otro lado. –Lo siento, no medí mi fuerza, me voy por el bien de la manada, no quiero preocupar más a tu padre con mi presencia aquí y así es como le agradezco todo lo que ha hecho por mí, manteniéndolo a salvo –Daven la miró sorprendido sin decir nada. –A mi tu noviecita no me importa en lo más mínimo y tú tampoco, no sé de qué te sorprende, no me has hablado en días, ahora no vengas aquí a reclamarme nada, porque no tienes derecho, ahora si me disculpas –Camille salió de la habitación dejando atónito a Daven. "Te lo mereces" –Le gritó su lobo gruñendo. Cuando llegó a la cocina Camille vio a Ivanna, rodó sus ojos dándose media vue

— Camille –Susurró Daven, al ver alejarse a Camille al lado de ese vampiro. –Padre ¡Por favor! –Nicholas giró observando la mirada triste de Daven. — No puedo hacer nada, tú tomaste tu decisión igual ella(...) — ¿Y ahora qué? ¿A dónde iremos? –Preguntó la joven con la mirada hacia adelante.— Te convertirás en mi esposa y prepararemos tu ritual de conversión –Ella giró con la mirada confundida.— ¿Conversión? — No, podrás ser mi esposa siendo una humana –Camille trago grueso, comenzaba a arrepentirse de su decisión, entre sus planes no estaba convertirse en un vampiro. –No pienses huir, puedo leer tu mente y ni si no quieres que maté a ese estúpido lobo, más vale que te comportes –Advirtió con un tono de voz que helaba la sangre de cualquier persona que lo escuchara, por lo que decidió asentir en silencio. Con lo que no contaba Jonell era que la chaman le había enseñado a Camille como controlar otro de sus dones uno que ni el mismo Nicholas conocía, solo pensaron que los poderes

Daven escuchó el último pensamiento de Camille y después de eso silencio absoluto lo que lo llenó de pánico al pensar que Jonell podría haberla descubierto, corrió rápidamente al lugar donde se reunía el consejo del clan. — ¡Padre encontré a Camille! ¿Han oído de Isla sirena? –Todos se miraron en silencio – ¿Y? — Me topé con sirenas antes, como en todo hay dos bandos bueno y malo las sirenas "malvadas" –Señaló con sus dedos Nicholas. –Son como la criatura mitológica medusa para los lobos una sola mirada y nos convierte en piedra y si ellas custodian ese lugar apoyando a Jonell no esperamos nada bueno, esas sirenas por una maldición hace miles de años que les lanzó una bruja quedaron hacinadas a ese lugar no pueden salir de allí. — Jonell resultó ser muy astuto –Dijo Padel.— Y ese era mi mayor temor, si formó una alianza con las sirenas será muy difícil sacar a Camille de ahí — ¿Y entonces? no podemos dejar a Camille mucho tiempo con él— ¿Y si lo hacemos salir? –Todos giraron a

— Ya puedes abrir los ojos –Mila obedeció a Jonell, cuando abrió los ojos observó todo el lugar, sintió escalofríos, no es que no estuviera acostumbrada a lo paranormal, pero ese lugar era sombrío, triste sin duda daba miedo.— ¡Acogedor! –Jonell la miró fijamente. — ¡ALAIN! –El grito de Jonell se escuchó en cada rincón de lugar formando un eco, rápidamente un vampiro alto y corpulento apareció de la nada. – ¿Dónde está ella? — En sus aposentos señor — Bien, vigílala –Le ordenó señalando a Mila, el vampiro sonrió con malicia mientras que Mila se puso a la defensiva dejándole ver al vampiro que no era una débil.— Como ordene señor –Jonell se alejó en un pestañeo, apareció en la habitación que había destinado para Camille abrió la puerta de un portazo, pensó que asustaría a la chica sin embargo ella estaba sentada en el medio de la enorme cama observando sus uñas. — ¡Está vez te pasaste de la raya! –Camile alzó la mirada sin perturbarse ni un poco.— ¿Yo? tu amante, llegó aquí con