—No tienes ideas de las cosas que podría hacer si sigues insistiendo en estorbar en mi camino —Sentencio imponente—. En cuanto a lo que quieres depende de ti.—Siéntate Sammy, no tienes porqué estar de pies, vinimos hablar a llegar a un acuerdo, me interesa mucho saber que estarías dispuesta hacer en ambos casos. Así podré saber cuál decisión me conviene más.—Muy bien, ahora nos estamos entendiendo —dijo con una sonrisa—. Creo que ya te he demostrado de que soy capaz, estoy dispuesta a darte lo que pidas, dinero, lujos, poder, todo a cambio de que renuncies a Ivanov.La mujer parecía no querer soltar nada comprometedor, necesitaba arriesgarme más, sin ser evidente.—¿Qué pasa si decido no alejarme? Es decir debes entender que lo mismo que me ofreces tú, puedo obtenerlo con Ivanov, entonces dime qué es lo que pasaría, Sammy debes esforzarte un poco más, porque tú actitud me da a entender que solo eres amenazas.—Como te atreves estúpida. ¿No te ha quedado claro con lo que le hice a Iv

Finalmente, estábamos camino a casa, en donde después de descansar unos minutos, empezamos a organizarnos, el vestido era lindo, pero me quedaba gracioso, aunque trataran de convencerme de lo contrario, no era ciega, se había organizado como nos iríamos y como seríamos custodiados.Había muchas personas en el lugar, todo le había quedado perfecto a Frederick, quien había contado con la ayuda de Inés y Erika, la gente parecía estar disfrutando, muchos se acercaban a Ivanov, el me presentaba orgulloso como su esposa, algunos hacían mala cara.Le dije a Ivanov que quería irme y dijo que esperáramos unos minutos, me había pedido bailar, pero preferí de sentarme, sentí ganas de ir al baño, Erika me acompañó y me dijo que ya había entregado la conversación que el agente había quedado satisfecho al escucharla, me devolvió la grabadora, dijo que el se había quedado con una copia del archivo, me sentí nerviosa y supe que tenía que decirle a Ivanov, en las manos equivocadas podría significar un

Se acomodó, se acercó tanto que pude sentir su miembro palpitar en mis glúteos, empezó a sobar mi vientre, sabía que ya no sería necesaria una conversación para estar bien, empezó a besar mi cuello, se acercaba, suponía que intentaba hacerme sentir su miembro, aquello nos había llevado a una desvelada erótica, escuchar que dijera que me amaba me dio la idea de que estaríamos bien.Me besó y me acomodé para dormir, 4 de la mañana, me había quedado dormida, a las 7 me desperté con la maravillosa vista al cuerpo desnudo de mi arrogante jefe, cubrí su parte íntima y tomé una ducha, me organicé y el aún seguía dormido, quería intentar hacer su comida favorita para el desayuno, la señora Morffi me ayudó, llamaron a la puerta, era Thomas, decía que traía ropa para el señor, la recibí y la subí, me besó y abrazó, supuse que todo estaba bien, bajamos y desayunamos, se habían sentado a ver la televisión, mi madre empezó hablar del cumpleaños #19 de Dan.Lo que Ivanov opinó querer regalarle habí

—No seas estúpida, no te atrevas a volver a cuestionar mis planes, para eso te pago bastante bien, ¿acaso lo olvidas? ¿De qué lado estás?— preguntó Sammy.Volví a sorprenderme al escuchar a Perla decirle que estaba de su lado.—Estás loca. ¿Por qué estás haciendo esto? Debes de entender que no te quiere, hagas lo que hagas, nunca te va a querer y mucho menos si llegas a lastimarnos, jamás te perdonaría, si nos haces daño.La mujer continuaba diciéndome cosas, parecía una esquizofrénica, de un momento a otro sacó un arma y me estaba apuntando, me preguntó que si deseaba que me disparara a mi primero o a mi vientre para asegurarse de eliminar a mi bebé.Perla se interpuso, le pidió a Sammy no hacerlo, pero esta la empujó, mi presión se había subido, Perla se acercó y me preguntó cómo me sentía, Sammy al ver eso se acercó y la empujó, empezó amenazarla.—¿Entonces crees que soy estúpida? Nadie se burla de mí, debiste haberte quedado si ibas a estar con tus niñerías, ¿de verdad pensaste

Inés, Erika y Perla, eran mis damas de honor, todos estaban felices, los malos tiempos ya habían terminado y finalmente estaba por casarme con mi arrogante jefe, el padre de mi hija. Quién me esperaba en el altar con sus brillantes ojos azules intenso, llenos de lágrimas, los mismos que habían sido heredados por Annia.—Hoy estoy aquí y antes que todo quiero agradecer a todos por habernos acompañado en este día, pero sobre todo quiero dar gracias a Dios —dijo Ivanov—. Quiero dar gracias a la vida por haberme permitido conocer a esta maravillosa mujer, a la cual pretendo esposar por el resto de nuestras vidas. Agradecerle por haberme hecho el hombre más feliz de todos. Estoy sumamente agradecido, no solo porque ella llegó a mi vida para quedarse, cambiarla, sino porque me dio un hermoso regalo, nuestra princesa.Se detuvo y nos miró. —ANNIA, nuestra hermosa hija, ella es un milagro, el milagro que nos unió, el milagro que me cambió, ya tiene poco más de tres meses, es mi razón de se