CAPÍTULO 52 Igor Smith Por más que Luana me había contado tantas cosas, ¡no entendía a dónde quería llegar! Mi cabeza también está confundida, pero confieso que me duele verla llorar y sufrir de esta manera, y lo peor es que no sé cómo ayudarla. A cada palabra que dice trato de descifrar qué es lo que realmente quiere, y el hecho de que Louis apareciera sólo entorpeció nuestra conversación, tuve que esperar a que se fuera para volver a hablar con Luana, y la presencia de ese hombre a veces me molesta, creo que la trata demasiado bien para alguien que es sólo un amigo, pero quién soy yo para juzgar, respeto las amistades y la opinión de Luana, y si a ella le gusta, bien, yo también respetaré. Todas esas cosas que empezó a decirme, sobre que ya no hacía cosas por ella removieron algo dentro de mí, ¿cómo es posible que esta mujer piense así? Por supuesto que siempre la ayudaré en lo que necesite, independientemente de que nuestra situación sea la que dijo a

CAPÍTULO 54 ¿Luana Smith? ¿O Davis? No podía quedarme quieta ante una situación así, podía ver con mis propios ojos que Elisa todavía quiere a Igor, y siempre supe de su relación, así que no tenía sentido que me quedara allí y le arruinara la vida, siempre supe que cuando la bailarina volviera, tendría que marcharme, porque las cosas no me saldrían bien, me siento como una intrusa en su vida. Al menos puedo estar tranquila, ya que la bailarina ha prometido quedarse con él y no abandonarle nunca más, así que seguramente le hará feliz. Siento que me duele el pecho y el dolor es más fuerte de lo que imaginaba, y por más que le pongo pensamientos positivos y de que ella lo hará feliz, mentiría si dijera que eso disminuye mi dolor, porque me duele mucho... era como si se me hubiera formado un nudo en la garganta, y luego fuera a explotar. La niñera de su perro fue lo primero que me vino a la cabeza, porque no quería ponerle las cosas difíciles, si realmente

CAPÍTULO 56 Igor Smith Justo cuando pensaba que la situación no podía empeorar, ¡lo hizo! Elisa se levantó de donde estaba intentando secarse las lágrimas que le corrían por la cara, entonces la vi coger su bolso y cuando vi que se iba la detuve. - Elisa, ¿adónde vas? Quédate conmigo. - le dije cogiéndola del brazo. - No creo que pueda hacer nada aquí. Las cartas ya están sobre la mesa, Igor... ¡y yo soy la única que queda! Lo siento por los dos, ¡pero esto ya no tiene sentido! - dijo, y se marchó a paso rápido, cojeando mucho, entonces la vi entrar en el ascensor, y corrí, consiguiendo sujetar la puerta, y me metí con ella. - Elisa, ¡no hagas eso! Ahora que vamos a empezar algo de verdad, ¡no quiero que te vayas! - Le puse la mano en el hombro intentando conseguir su mirada que ya ni siquiera quería mirarme. - Sabes, Igor... Yo no empecé a hacer ballet por diversión... Siempre me obligó a hacerlo mi madre, y eso no le bastaba, ¡nunca! Siempre

CAPÍTULO 58 Igor Smith Sujeté aquel cuaderno, y vi que estaba todo decorado a mano con sumo cuidado, utilizó tela de colores para forrarlo, y pegó discretas y delicadas piedrecitas transparentes, era de color verde claro con detalles en un tono más oscuro. Como vi que dormía profundamente, le quité con cuidado las zapatillas, y levanté sus piernas sobre la cama, luego busqué una manta y la cubrí delicadamente. Me senté en el sillón de lactancia que habíamos comprado, y durante un rato me limité a observarla, pero entonces me acordé del cuaderno decorado, y no pude contener mi curiosidad, así que empecé a leer... ¡El diario del bebé! Mi pequeño recuerdo... "Bebé, hoy te llevé al hospital para tu primera cita de control. El médico dijo que tu padre estaba ocupado. En realidad, se preocupa mucho por ti, y estaba trabajando para asegurar tu sustento, ¡pero seguro que estaba feliz contigo en la barriguita de mamá!". "Cariño, he vist

CAPÍTULO 60 Igor Smith Me quedé un rato mirando el papel que el abogado había puesto sobre la mesa. - ¿Podemos romper este documento, señor Smith? - preguntó, refiriéndose al antiguo acuerdo, ya firmado por ambos. - Sí -dije, y él lo rompió en pequeños trozos de papel, aliviándome. - ¿Así que ha recapacitado? ¿Ya no quieres divorciarte? - preguntó, y me di cuenta de que en realidad no, lo último que querría es el divorcio, pero... ¡No puedo volver a ser egoísta! - He perdido mi oportunidad, doctor. Ella ahora tiene otros planes, y por lo que he visto está esperando este divorcio, ¡y no voy a volver a cometer el mismo error! La dejaré libre con un pájaro, y si alguna vez ese pájaro vuelve a mí, ¡es porque siempre fue mío! - dije, tragándome las lágrimas, tratando de ser fuerte. - ¿Estás segura? Si sigue atada a ti de alguna manera, será más fácil recuperarla, ¿no crees? - preguntó. - ¿Ha oído hablar alguna vez del destino, doctora Davids