Maikoll Estamos festejando un año desde que vivimos aquí en Francia y que esté año he ganado la competencia, la veo bailar con las chicas, como se mueve… parece un ángel, lastima que no sabe lo que siento por ella, y ella no sienta lo mismo por mí. Una chica desconocida se acerca a mi y me besa yo solo le sigo el beso, de pronto escucho. -¿Qué le paso a Roberta? ¿Por qué se fue?- es la voz de Annie, suelto a la chica y la busco con la mirada y no la encuentro, veo a Annie- ¿Crees que digo mentiras?- dice ella- no se el porque si te gusta no se lo has dicho. -Eso es cierto, además tú le gustas- dice Brawen -Ella me ve como su hermano- dije. -Deja lo idiota y arriésgate- me dice Estefan- si solo te ve como hermano bueno ya lo sabes, pero te sacas esa duda de tu cabeza. -Aprovecha que mañana irán a la montaña los dos-Dice Bowen mientras lleva su vaso de whisky a su boca- habla con ella, no la lastimes más- lo miro y él prosigue- crees que no me doy cuenta, cada chica que besas

Maikoll Él momento del viaje llego muy rápido, subimos al avión y camino a España solo quería sus labios sobre los míos y hice, llene de mil besos a mi novia durante todo el viaje, grabándome en mi memoria cada beso y ese aroma a Frutas en su cabello, y su perfume olor a fresas. Nuestros besos se fueron descontrolando, ya no eran esos besos de niño o inició que daba a mi novia, eran besos excitantes, ya no solo fueron en la mejilla, en la boca o en la frente, al contrario mi cuerpo ardía, comencé a guiarla hasta mi regazo y comencé a besar su cuello, baje mis manos a su cintura y volví a devorar su boca, sentí como ella de forma dulce y experta desabotono mi camisa, y con sus manos tocó mi pecho y abdomen. Sé qué me estoy excitando, y que tengo que detenerme pero no puedo, siento como se acomoda a mi cuerpo mientras sube sus manos nuevamente de mi abdomen a mi pecho, saco su camisa y comienzo a desabrocharla y acaricio su figura, mientras bajo mis besos de su mandíbula a su cuello,

Maikoll Hoy se cumple un año, desde que Roberta y yo somos novios, y para mi mala suerte cayo un Lunes, pero no dejare que se me destruya mi plan, me levante a las 5 am, tenia que preparar un desayuno para ella, salí a la oficina a las 5.40am, quería adornar su oficina, por lo que Bowen paso por mí. -¿Estas seguro de que te quieres casar con Roberta, ya tan rápido? Es que apena llevan 1 año de novios.- me pregunta mientras vamos en auto camino a la empresa. -Seguro, además nos conocemos hace 21 años, nos moldeamos el uno a otro, además la boda seria en un año o tal vez dos, tranquilo. -Lo digo porque la edad que tienen, no es que yo sea muy viejo no, pero tienes 24 años y ella 23, deberían esperar un poco más. -Lo tendré en consideración – llegamos a la empresa y decore la oficina de Roberta. Llene la oficina de Rosas azules y Calas blancas, Globos negros y azules flotando en el techo, con una cinta colgado con una foto de los dos. Y un letrero que decía Feliz Aniversario,

Robert Falta 2 día para el cumpleaños de Mirley y Laila, mi hija nació un día después del cumpleaños de Mirley, voy a la clínica con Maca y Laila, mi beba tiene consulta médica, llegó y estacionó y bajo con ellas hasta el consultorio. -Amor cuando terminen me llamas, vendré de una vez – dije a maca. -Esta bien amor, cuídate te amo- Bese sus labios y luego bese la frente de mi pequeña. -Te Amo, tengan mucho cuidado, son mi vida- y ella me sonrío. Salí de la clínica directo a la empresa, llegue a mi piso y una Samanta muy nerviosa me esperaba. -Hola jefe, disculpe lo que le voy a decir pero… en su oficina esta Oscar con el Empresario Bowen Joth. -¿Qué hace él aquí?- pregunte mirándola seriamente. -Según entendí mientras sacaba las fotos de su oficina para que él no las viera, quiere hacer unos proyectos con esta empresa. -Está bien, gracias Sam- camine directo a mi oficina. Pero que hace el hombre que ha destruido todas las empresas con las que se ha asocia

Testamentos Lía - ¿Y tú cómo te llamas? -Me pregunta Marcus, me acerco a su oído para responder. -Mi nombre es Roberta Mendoza, pero no puedes decir mi nombre- él sonríe y asiente, y se regresa a su puesto con la pequeña Layla. -Bueno, si gustan tomar asiento y pedir algo- dice el señor Maikoll. -Claro- digo y me siento entre Tony y Maikoll, que está al lado de una chica rubia. Pues eran los únicos puestos desocupados. El celular de Angells suena y contesta de inmediato. -Dime Max.-coloca el altavoz -Señor, estaré almorzando ¿le importa si viene por su equipo?, quiero asegurarme que estarán bien. -Yo voy- digo y me levanto- si me disculpan unos minutos ya vuelvo- todos asienten. -Ya La princesa irá. - dice Angells. -No tardo, cualquier cosa pegas un grito- le digo, salgo y busco los equipos que son dos armas, una para mí y una para Angells, saco ambas licencias y nuestros documentos del auto, pues a Max no le provoco nada del menú de aquí, y la verdad lo envidio a mí tampo