DANESA Subo las escaleras apresuradas con el miedo reverberando en mis venas y como puedo me visto. El vestido me lo pongo sin fijarme si tengo o no bragas ya que el afán del momento no da para otra cosa. Me van a matar, esos desgraciados vinieron por mi y ahora puedo sentir en el ambiente la tensión previa a un guerra que derramara mucha sangre. —Danesa. Grita Egan. —Voy, voy. Bajo corriendo las escaleras, él está con una espada en la mano luciendo muy peligroso y no se exactamente que son pero el «vienen a matarte» es suficiente para moverme tan rápido como puedo. —Ven aquí Me lleva contra su cuerpo en un gesto posesivo y me besa con una pasión que pone a temblar mis piernas y no necesito eso ahora. —Son cinco hombres—me dice —necesito que salgas y tomes la camioneta y te vayas de aquí,. Asiento. —¿Sabes disparar verdad?—vuelvo mover mi cabeza confundida —bien, hay un arma en el auto, así que sube y no te detengas hasta llegar a la mansión. —¿Como llegaron aquí?

DANESA Deposita un húmedo beso en mi entrepierna mientras me hace sentir con su mirada lo que piensa hacer cuando me tiene abierta de piernas sentada en su escritorio. Una vez se comienza, ya no se para y Egan parece tener un hambre insaciable por mí, porque por más que me ha tocado, no se cansa de hacerlo nuevamente. La punta de la lengua sobre mi piel y, sosteniéndome fijamente esa mirada corre la tela de mi braga antes de propina la primera la moda que ocasiona que mis labios jadeantes musitan roncamente su nombre con un hondo suspiro. —Voy a quemarte viva nena. Se pega como un poseso de mis labios vaginales y lo único que puedo hacer es dejarme caer de espaldas sobre su escritorio para disfrutar de sus continúas lamidas que recorren casa rincón de mi sexo. Respiro entrecortadamente con los dientes apretados, mi vista se pierde en la penumbra de la que, moviendo cadenciosamente mi cintura consigo aumentar mi placer mientras el agarra mis senos. Consigue con sus prolongad

ENZOLa cabeza de mi hermano yace en una caja mientras siento que la rabia me está quemando las entrañas. Es un hijo de puta, ella y el, son unos malditos que voy a matar lentamente cuando los tenga frente a frente. Según ella lo mato, no entiendo como una simple humana fue capaz de matar a mi hermano que es un excelente luchador, es un buen lobo entrenado para matar en batalla, por eso lo envié a el.Confiaba que me traería la cabeza de esa mujer, por ende, la cabeza de Egan porque matarla es como si te estuvieran quemando las entrañas. Cuando vea a mi hermano, voy a ponerle el pie en el cuello mientras observa como le mato a su mate.No he recibo los informes, Enoc era mi hermano menor, fui el primero en nacer y al saber que murió, simplemente me di el espacio para llorar su muerte. Lo quería, era un apoyo incondicional ya que teníamos las mismas metas y era matar a Egan. No tengo su cuerpo, solo la cabeza arrancada por el alfa y juro que me voy a vengar y recuperar lo que por dere

DANESA Alucino grito y muero por el goce que Egan sexualmente me estaba dando, mis labios temblorosos le pedían insistentemente que no pare, que siga entregándome todo de él. La cama suelta esos chillidos debido a nuestros fuertes movimientos. su boca abandona la mía para ir descendiendo hasta la barbilla con espléndidos chupeteos al mentón sin dejar de embestirme, haciendo que sienta fuego en mi cuerpo a la vez que la lengua caliente recorre mi cuello. Desciende lentamente hasta internarse en la llanura de mi pecho derecho hasta que mete el pezón en su boca para chuparlos con ansias desmedidas. Mi epicentro está encendido con su glande golpearme en lo profundo, provocando que mis paredes internas los apriete desencadenando en el, hondos gruñidos cargados de placer. Entierro mis uñas en su espalda con el último orgasmo provocado y siento que no doy para mas, mis ojos se cierran cuando se acuesta a mi lado y me lleva contra su cuerpo permitiendo que deje mi cabeza en su pecho.

DANESA Siento que me quedo sin respiración debido a sus palabras. Que me voy a la eterna bendición del paraíso. —¿El amor es fuerte?—me levanto buscando un poco de privacidad —me amas. —Danesa, ya no hay vuelta atrás. Siento que el corazón se me va a salir. Que soy fuertemente impactada por un rayo. —No se si es amor—miró atrás—pero daría la vida por ti corazon.. —Yo igual—reitera—yo igual hermosa. No sabe el caos que desata en mi corazón. —¿Dónde estás? ¿Vendrás a comer? —No lo creo, estamos investigando algo importante, por favor no salgas de la casa y mantente alerta, pero sobre todo, lleva contigo la lanza que te mostré. Yo sé a lo que me enfrentó, pero eso no quiere decir que no me asuste sus palabras. —Si—pienso obedecerlo, no darles mas problemas—esta bien, cuídate por favor. Le lanzó un beso y me hace reír porque quiere que le envíe uno más. Vuelvo a la cocina con el corazón acelerado debido a sus palabras y su sugerencia. —¿Que te informo? ¿cómo esta Massi