POV ALLARIK La observo... la miro como un psicópata mira a su presa antes de atacarla, mientras ella duerme plácidamente. Está muerta de cansancio, ¿pero quién después de cinco orgasmos con la potencia que ella los tuvo, pretendía no quedar exhausta?Su resistencia es increíble y a pesar de que su cabello sea un desastre parecido a un nido de pájaros después de tan salvaje faena, es imposible que no se vea hermosa.Debería odiarla, debería hacerle daño y hacerla pagar por toda la mierda que nos han hecho los suyos, pero en su lugar, estoy aquí, enamorado de ella como un maldito adolescente al cual se le acelera el corazón cada vez que sus hermosos ojos azules se enfocan en los míos.Me levanto de la cama para no despertarla, no quiero perturbar su sueño y menos cuando yo no he logrado conciliar el mío. Me esperan retos difíciles, me espera batalla tras batalla, pero siento que si ella está conmigo las podré ganar todas. Me siento indestructible a su lado.Ella será mi tamimat alhazi

POV ALLARIK —¿Tú padre? ¿Quién es? —mi tío le pregunta con la esperanza de que no sea lo que supone y no puedo retrasar lo inevitable.—Claid... Claidelyn Moftafard —agrega y eso es todo lo que necesita mi tío, para estallar en furia y mandar la poca tranquilidad que tenía a la mierda.Se levanta de la alfombra cabreado y me señala con su dedo índice.—Tú, al estudio ahora mismo —sisea furioso y la ira que me da por tratarme como si fuera un niño delante de mi mujer, aumenta.Con esto lo único que hace es restarme autoridad ante ella y eso es algo que no debo permitir.—No soy una maldito niño al que puedas controlarlar —exploto, mientras me coloco de pie también—. Zahira, nos vamos ahora mismo —añado, pero ella se niega.Tomo a mi mujer por uno de sus brazos, mientras ella forcejea y mira a mi tío con la esperanza de que la ayude, pero esto nunca ocurre. La obligo a colocarse de pie, ahora ella es mía y como tal me debe obediencia, aprieto el agarre hasta hacerla quejar por el dolor

POV ZAHIRA Caigo de espaldas sobre la cama y lo veo como se despoja de su ropa, mis ojos se vuelven a llenar de lágrimas por lo cruel que el está siendo conmigo, mientras llevo mis manos a mi cuello que duele con solo tocarlo y de seguro quedará marcado por la agresión de aquel maldito que se hace llamar mi esposo. Allarik se cierne sobre mi cuerpo que aún sigue luchando por respirar y comienza a desgarrar el vestido que traigo puesto, sus manos ágiles solo tardan unos segundos para dejarme desnuda y se apodera de mis tetas que a pesar de toda la m****a que estoy viviendo, mis pesones permanecen erguidos. Allarik aprisiona mis manos por encima de mi cabeza con una de las suyas para evitar que lo agreda y con la que le queda libre, me obliga a abrir las piernas para luego hacerce un espacio y meterce entre ellas. Debo estar mal de la cabeza o sufrir de algún trastorno por estar tan excitada después de que casi me ahorca, se me hace imposible no rendirme ante las caricias de aquel d

POV ZAHIRA —Sueltame... maldito idiota —grito hecha una furia.Pero eso a mi marido no parece importarle al momento de apretar los nudos de las cuerdas, que ha enrollado con mucha destreza, a mi alrededor.—No soy un estupido animal al que puedas amarrar —chillo furiosa, pero este sigue ignorandome con su vista fija solo en su objetivo.Humillarme...Si, humillada. Así es como me siento al ser atada ante los ojos de los escoltas que no pierden cuidado a ninguno de los movimientos ágiles que realiza mi esposo con sus manos, al envolver cada nudo.—¿Acaso piensas llegar conmigo atada, a las tierras de tu padre? —inquiero tratando que entre en razón, pero he aprendido a las malas que Allarik es un hombre al que uno no puede persuadir, así nada más.Pero de igual manera como las anteriores, el sigue sin dirigirme la palabra.Desde nuestro reencuentro y después de la boda, su comportamiento conmigo a cambiado radicalmente, sus hermosos ojos de color miel han perdido el brillo que irrdiaba

POV ALLARIK Después de varias horas viajando por aire y otro tiempo más por las áridas arenas del desierto de Shariba, al fin llegamos.Las imponentes murallas de aquel palacio maldito que alberga la presencia de personas que no son de mi agrado, se alzan frente a mi y a mi esposa, quien no para de observar las múltiples estatuas de aquella mujer que lleva por título, ser la esposa de el hombre que me engendró.No me gusta estar aquí y los pocos recuerdos que tengo guardados en mi mente de las veces que lo he pisado, no son tan gratos. Deslizo la punta de mi lengua por mis labios para humedecerlos un poco y debo admitir que estoy un tanto nervioso por la expectativa que me causa toda esta situación.Tengo años que no veo a mi padre y a la amargada de su mujer, y lo más probable es que no estén muy contentos con mi llegada casi inesperada. Solo le informé a mi padre que vendría antes de abordar el avión y es bien sabido que a nadie le gustan las visitas que vienen sin aviso anticipado