Ella me miraba con furia en su mirada y tenía razón, acá no había amor, no había cariño, solo era la maldita atracción del lazo. ¿Qué si yo me enamoraría de ella?, claro que si podría pero observando el carácter de ella lo veo imposible. Ella es una loba dominante, es una mujer que no se queda callada y siempre dice lo que piensa, para mí no está mal, bueno en realidad no quiero una mujer que me esté metiendo en problemas cada vez que abra la boca.No, no la necesito y tampoco estaré rogando por ella, si ella se quiere marchar, pues que se marche, tengo miles de mujeres que están dispuestas hacer lo que yo quiera.─Bueno, si te quieres ir pues vete, nunca le he rogado a nadie y menos lo hare contigo, y es verdad lo que dices, yo no te amo, tu no me amas.─Al fin comprendes, mañana a primera hora me marchare y no los volveremos a ver.─Es un hecho, con tu permiso me marcho.Salí de su habitación, caminando directo a la mía, ya era tarde y estaba cansado, de solo pensar en ella me produ
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