ARYANunca pensé que hacer eso se sintiera tan bien y es que enfrentarme a la mujer que tanto mi hermana como muchos temen me hiso sentir fuerte, importante e invencible. La puse en su sitio porque por más que tenga mis diferencias con Ava, ella es mi hermana, mi familia y nadie la toca con intenciones de humillarla, somos los Lauless, un grupo familiar que se protege y estamos juntos en las buenas y en las malas. —Fue increíble lo que hiciste Arya—comenta Ignacio manejando—nunca pensé que tuvieras ese temperamento, me déjate sorprendido. Últimamente pienso que puedo ser yo misma, es una tragedia lo sucedido con la comunidad  pero dicho sucedió a ocasionado mi liberación, no tengo que estar fingiendo y andando bajo un velo que no quiero, me gusta la Arya que esta empezando a comerse al mundo sin importarle lo que pase. 

ARYANo soy como ella, ni Ava para llamarle la atención a un hombre como París, no soy tan bella como las dos y tampoco tengo ese atractivo que domina los hombres. Aparto esos pensamientos porque mi meta ahora es profesional, en la noche cenamos un poco intranquilos con saber que mi padre podría tener un infarto y que además debe vivir con medicamentos, luego mi hermana y yo rezamos antes de acostarnos y a pesar de que las cosas mejoraron entre las dos, siempre existirá la mancha que nos separa, una que acepto pero que me es inevitable no sentir rencor hacia ella en ocasiones.Cierro los ojos pensando en un mejor día mañana, pero la noticia del colapso en una de las construcciones de los San Miguel nos mueve rápido a Ignacio y a mí a la constructora. Los hermanos desafortunadamente no se están, pero todo es un caos de llamadas, periodistas y socios que exigen una explicaci&o

AVASin más remedio volvemos a casa, en completo silencio en el auto de Ignacio, pobre hombre cargar con una familia problema como nosotros, al ingresar a la casa  Arya que nos espera en la sala con los ojos llorosos, mira a mama que la ignora porque cree que es la culpable del encierro de mi padre,—Mama—se acerca, pero ella se aleja.—Esta vez llegaste muy lejos Arya—le dice—muy lejos, por tu inmadurez tu padre esta en la cárcel, por tu culpa estamos solas.—Mama no—intenta tocarla, pero se aleja como si fuera una loca extraña—escúchame.—No quiero escucharte, no quiero verte en este momento, estoy tan decepcionada de ti—mama se limpia las lágrimas—te desconozco Arya, ya no sé quién eres.—Tu hija—le grita desesperada, eso me hace recordar como trataba yo de explicarle mi pena y ella no escuchaba—tu prim