“Muy bien. Señorita Chester, ¿puede acercarse un poco más?…Y señor Henry, por favor, sonría. Estamos tomando fotos de la boda, así que debería ser una ocasión alegre. No es un evento serio, ¿de acuerdo?”. Cuando el fotógrafo vio la expresión relajada y seria de Simon, él se quedó un poco estupefacto. “Henry, sonríe un poco”, le susurró Tammy. Sin embargo, Simon seguía diciendo con indiferencia: “No puedo sonreír. ¿Qué tal si dejamos la sesión de fotos?”. Tammy respiró hondo y una vez más lo complació: “Está bien. No tienes que sonreír. Sonreiré por los dos”.El fotógrafo no tuvo más remedio que decirle a Tammy: “Señorita Chester, ¿por qué no le da un beso en la cara? Se verá más romántico”. Tammy estaba a punto de hacerlo, pero Simon apartó la cara hacia un lado mientras fruncía el ceño y decía: “Estamos tomando fotos de boda, no fotos casuales. Por favor, sé más digna”.Tammy se sobresaltó cuando vio lo repugnante que el hombre la encontraba. Ella casi no pudo contener su en
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