Magnus corrió hacia la entrada principal de la mansión. Allí se habían reunido al menos cincuenta lobos dispuestos a atacarla en cuando dieran la orden. Ellos estaban bajo las órdenes de Magnus aunque dado quien era a quien iban a enfrentar solo se mantuvieron en su lugar. Sabía que si la atacaban solo esperarían la muerte. Aun si la atacaban en conjunto, era bien sabido que La sombra del Alfa podía encargarse de un gran número y salir ilesa. Raven caminaba lento atravesando la entrada principal que daba al inmenso jardín de la mansión. Su cuerpo tenso aun mostraba sus garras, sus orejas y cola, ni lobo ni su forma humana completa. Estaba molesta y si alguien osaba atacarla ya podría despedirse de este mundo. Sus ojos fijos en Magnus lo fulminaban y vio como el lobo se tensaba.Ella solo tenía un pensamiento. Que le devolvieran a Lawson.Se detuvo en el medio del jar

Lawson ya no sabía que orden mandar a su cuerpo para que este se moviera. Cada músculo de su cuerpo estaba completamente entumecido, tanto por las heridas como por el dolor de estar tanto tiempo en la misma posición. Echó la cabeza hacia atrás y tomó una profunda respiración antes de volver a tirar en otro intento inútil de soltarse. Lo habían amarrado lo suficientemente fuerte para que no se escapara.Maldijo. Definitivamente saldría de allí, ajustaría cuenta con Kenny y volvería al lado de su loba. Estaba seguro de eso. El método para llegar a ello era un poco complicado. Sentía que a cada segundo que pasaba su vida se iba drenando. Al menos, no se rendía, aun podía sentir su enlace con Raven. Este todavía latía y le indicaba que esta estaba viva, solo que hacía no hacía mucho lo notaba más fuerte, como si ella estuviera cer

Por más que Lawson llamó a su compañera esta no se movió. Raven parecía que estaba destinada a perecer en aquel lugar. El lobo gruñó como a la vez gimió. El dolor de ver morir a su loba delante de él era peor que el que recorría toda su piel magullada. Mas no pretendía quedarse allí si hacer nada. Como si perdía un miembro durante el proceso, pero la sacaría de allí con vida. Así que se concentró y a pesar de que apenas tenía fuerza y dolía como los mil infiernos ordenó a su cuerpo a transformarse. Fue algo muy lento, primero sus garras, después sus colmillos y algo de pelaje alrededor de sus muñecas, pero nada más. Y fue peor aun cuando fue interrumpido. La puerta se había abierto de pronto y pensó que su hermano había vuelto. Pero en cambio era simplemente uno de los hombres de él.<

Lawson seguía a Raven ciegamente. Confiaba en ella por lo que no importaba que pasara sabía que los dos saldrían de allí con vida. Solo que era algo brutal ver como la loba se encargaba de los que se le presentaba en el camino con una agudeza tan fuerte que daba hasta miedo.Solo fue después de que doblaron en alguna esquina de la mansión que se detuvieron y jadearon.-Raven, nos están siguiendo- le dijo él intentando parecer firme.-Lo sé. Kenny debes estar ya informado sobre que escapamos. No nos dejará ir tan fácilmente.-Estás muy tranquila a pesar de todo- Lawson lo había notado desde antes.-¿Tengo que estar estresada? Solo tengo que sacarte de ti y reunirnos con el alfa. No es nada del otro mundo.Lawson notaba que ella estaba tensa. Era normal. De seguro los recuerdos de su pasado la estaban atormentando y ello lo guardaba para si misma.

Raven abrió los ojos a primera hora de la mañana. La madera se había cocido completamente apagándose después que ellos se hubieran quedado dormidos. Al menos los había mantenido completamente calientes. La lluvia había cesado y ahora era el sol el que reinaba. Algunos rayos entraban por la puerta de la cueva a metros de ellos. La loba se removió sintiendo el peso del grueso brazo de Lawson sobre ella. En algún momento de la noche, cuando sus cuerpos se habían estabilizado y la mayoría de sus heridas cerrado, se habían transformado por lo que ahora estaban completamente desnudos en su forma humana. Las piernas de ellos se entrelazaban, sobre todo las de él que no la dejarían ir tan fácilmente. Además, el brazo de Eagle sobre su cintura la apretaba contra su pecho de forma posesiva y protectora. Era increíble como un lobo como él hubiera hecho que