Capítulo 2 "El colapso"

Vay tomó asiento en un sofá muy cómodo y me indicó otro justo frente a ella, había té servido y algunos pastelillos, también velas con aromas agradables y en las paredes lindos colgantes de espejo. Era un lugar muy acogedor.

-Hachi ¿Ese es tu nombre?- Preguntó mientras anotaba en un cuaderno -no te preocupes si me ves escribir aquí, tengo que registrar algunos datos importantes de lo que me cuestes para trabajarlos luego, no creas que te estoy juzgando- rió suavemente, la verdad era muy dulce y me generaba mucha confianza.

-Me dicen Hachi, como el perro de la leyenda japonesa. Es porque soy campo... Creo- Bajé la mirada. -Mi nombre es Elizabeth, en realidad nadie me dice así, en casa usan otros apodos, jamás nadie me llama por mi nombre, hay amigos que ni siquiera lo saben. No me gusta mucho, suena demasiado pretencioso.- Me reí un poco.

-Entiendo, la verdad es un nombre muy hermoso, tal vez no todos merecen escucharlo- Hizo una mueca graciosa y de repente la vi en sus ojos...

-Saya...- Dije balbuceando. Mi pecho parecía que explotaría, empecé a sentir las lágrimas caer por mi rostro en el intento fallido de contenerme.

-Hachi, cariño, estamos aquí, estás conmigo, estamos seguras aquí- es susurraba Vay mientras me abrazaba con fuerza. Me calmé inmediatamente.

-Cariño, quiero que me cuentes quién es Saya y no te reprimas, si quieres llorar, gritar o lo que sea, hazlo, debes soltar todo eso que te ahogas.- Tomó nuevamente su cuaderno y se sentó tan paciente como antes.

-Saya era mi hermana, no, no era mi hermana, crecimos juntas- Respiré profundo. -Saya fue mi primer amor de la infancia, y luego de la adolescencia- Me sonrojé. -Nunca había dicho eso en voz alta.

-Entiendo ¿Nunca se lo contaste a ella entonces?- Preguntó Vay en un suave suspiro

-Nunca le dije nada a nadie... Tenía mucho miedo porque mi madre tenía sospechas y me dió una paliza cuando se enteró de que le había dado un beso a otra niña. Tenía doce años creo.- Puse los ojos en blanco -En realidad hay muchas cosas que nunca dije por miedo a mi madre.

-Cuentame sobre ustedes, sobre tu y Saya- Dijo ella 

-Al principio no éramos cercanas, ella es cuatro años mayor que yo, así que cuando éramos más niñas yo jugaba con su hermana menor que tenía mi edad, estamos hablando de los ocho años... Con el tiempo nos acercando cada vez más , nos volvimos inseparables, hacíamos todo juntas y yo cada día la amaba más, en secreto obviamente.- Me reí y luego mi mirada se ensombreció.

-Mi madre y su madre, que es mi madrina se dio cuenta de lo que yo sentí y mi madre creo un plan para separarnos. Yo nunca quise ser más que su amiga, solo quería estar cerca de ella, pero ellas lo planearon todo...- Me llevé las manos a la cabeza.

-Inventaron que yo usé de robarle a su novio, era un chico que no me daba nada de confianza y se lo había dicho a Saya, pero cuando mi mamá y su mamá le contaron toda esa historia ella pensó que por eso le había dicho que no me daba confianza, para que lo dejara y quedarme con él.- No podía levantar la mirada, dejé caer libremente cada lágrima que ahogaba mi corazón.

-Ella se alejó de mí sin decir nada, solo dejó un mensaje que decía que por una vez la dejara vivir en paz.- Miré a Vay.

-Yo la amaba, cómo iba a hacerle algo así... Pero lo lograron, ella dejó de hablarme, me evitaba en todas partes. Al tiempo encontré amigos nuevos, habian pasado tres años desde nuestra separación, ella tenía veintidós años en ese momento, empezó a salir a fiestas y parecía muy feliz. Se fue de casa, pero las navidades en casa eran sagradas así que cada año nos veíamos ahí inevitablemente, pero ese año no llegó, ella amaba la navidad, por nada del mundo se la perdería, comencé a ponerme nerviosa, les dije a los demás pero dijeron que parecían psicópata manos preocupadas de alguien que ni siquiera me dirigía la mirada.- Me pasé las temblando por el pelo.

-Diez minutos para las doce alguien tocó a la puerta, era la policía... Todo se desmoronó para mi, yo sabía que algo estaba mal. Hubo una exploción en el edificio en que se encontraba viviendo, todos fuimos hasta ahí, una vez fue seguro lo recorrimos completo. Nunca la encontramos.- Respiré profundo

-Encontraron muchos cuerpos, algunos de sus amigos, otras personas que no conocíamos, pero jamás encontré su cuerpo. En los restos de su habitación había sangre por todas partes, el sonido de las sirenas de ambulancias y policias era ensordecedor, un policía se acercó a mi y me dijo con el rostro pálido que la sangre era de ella. debíamos irnos y nos avisarían si hubiera más progreso... Nunca más nos llamaron. Nunca la encontramos. Insistí hasta que me prohibieron la entrada en las oficinas de personas desaparecidas, no podía dejar de buscarla...- Me recosté hacía atrás en el sillón. Sentía una paz increíble después de soltar todo eso, llorar y contarlo todo. 

-¿Las crisis surgieron en ese momento?- Habló Vay calmadamente

-Sí, es como si volviera a ese momento en que el sonido de las sirenas me ahogaba y me decían que estaba muerta. Tengo pesadillas cada noche, escucho su voz, a veces puedo sentir que acaricia mi cabello en las noches. A veces despierto sintiendo que hablé con ella y... Todo se desmorona luego.

-Lo que ha pasado es sumamente fuerte cariño, estoy seguro de que podremos ayudarte, me gustaría que vinieras mañana mismo para tomar algunas muestras de sangre que nos ayudarán a calibrar algunas medicinas que te ayudarán a dormir mientras trabajamos en la terapia.- Se levantó y me abrazó.

-Conocerte ha sido un gusto, eres una mujer muy fuerte y saldremos de esto, te lo promete.

Al salir me sentí liviana y optimista, después de tres años podría darle un cierre a todo este dolor. Xavier me abrazó, hizo un papeleo y tomamos el bus de regreso a casa.

Me senté en la ventana. El cielo estaba teñido de rosa y naranja, las nubes hacían un espectáculo maravilloso de colores y era tan relajante, a ella le encantaba. Se fue oscureciendo de a poco en el trayecto, casi me quedo dormida cuando Xavier tiró de mi manga y volteé a verlo, me sonrió y de repente su expresión cambió a pánico vi en el reflejo de sus lentes una fuerte luz roja a mis espaldas, grité su nombre y de pronto todo estaba oscuro. 

Salí disparada por la ventana frente del frente, pude oír el crujir de mi cabeza en el concreto, todo el cuerpo ardiendo. Quería arrastrarme, quería moverme, pero el dolor era intenso. Logré ponerme de lado por un momento y pude ver la situación...

Había mucha gente corriendo, sangrando, cuerpos tirados sin moverse, no veía a Xavier por ninguna parte, había un incendio en el bus y pequeños focos de fuego al rededor. De pronto alguien gritó pero no pude entender, ya estaba demasiado mareada, solo me recosté boca arriba esperando, rogando por alguien, que Xavier me encontrara.

Comencé a sentir frío de a poco, comenzó a subir por mis piernas y llegó a mis manos, no era frío estaba completamente empapado, el olor fuerte del combustible me hizo reaccionar y comenzó a gritar, estaba empapado en combustible y había fuego por todas partes .

Grité y nadie me escuchó, entonces pensé en ella, cuánto habrá gritado, yo debería haber estado con ella... Y sentí una explosión. Mi cuerpo se aprendió en llamas en un parpadeo. Ni siquiera podía gritar, no podía moverme.

Vi unos tacones frente a mi y pensé que lo había logrado, pero todo se volvió negro de nuevo.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo