SEDUCCIÓN (libro I)
SEDUCCIÓN (libro I)
Por: Dylaenne-Hobrien
-I-

La luz se hizo en el enorme vestidor.

Un hombre alto, de brillante cabello negro, ojos verdigrises y en ajustados bóxer negros, echa una ojeada por todos sus trajes.

No hay ninguno que destaque más que otro pues todos son de un apagado gris plomo o negros como la noche.

Dando varios pasos se plantó ante una de las muchas hileras para paseando los dedos por cada uno de sus trajes, escoger uno.

Sacándolo de la percha salió del vestidor y apagó la luz.

Despacio comenzó a vestirse, empezando por la camisa blanca.

Después se coló los pantalones.

Pulcramente metió los faldones de la camisa por dentro de éstos para después abrocharlos.

Una vez se calzó anduvo hacia un espejo de cuerpo entero y se miró en él.

Abotonando, uno por uno, los botones, dirigió la mirada hacia donde guardaba sus corbatas y caminó hasta la cajonera para abrir el primer cajón.

Montones de corbatas, todas ordenadas según la tonalidad de gris o negro, aparecieron ante sus ojos.

Escogió una y regresó frente al espejo.

Colocándosela alrededor del cuello de la camisa comenzó a anudarla.

En segundos estaba listo.

Acercándose a la cama cogió la chaqueta y se la puso.

Se alisó un par de veces mientras que, mirándose al espejo evocó una

tenue sonrisa diciéndose:

-Perfecto-

Luego abandonó el dormitorio.

Con paso firme bajó las escaleras hasta llegar al amplio salón.

Cruzándolo alcanzó su maletín al vuelo, el cual reposaba en el mismo sofá.

Caminando hacia la puerta principal salió de su dúplex.

Una vez en la calle, un coche negro y un tipo con pinta de chófer le esperaban.

Quitándose la gorra, el chófer saludó al otro:

-Buenos días, señor Bale-

-Buenos días Ian- respondió el moreno abriendo la puerta trasera para subir al coche.

Ian, rodeando el morro del coche, subió al asiento del conductor, arrancó y se alejó de allí.

Alguien llamaba a la puerta de su pequeño apartamento.

Entre estornudos y quejidos, la chica llegó ante ésta y abrió.

Un joven apareció delante de sus narices.

-Gracias por venir...a...atchús- estornudó ella.

-Estás hecha una pena- sonrió el otro.

Haciéndole un gesto con la mano, la chica le hizo entrar a lo que éste, obediente, la siguió.

-Necesito que me hagas un fa...fa...a...atchús...favor- desplomándose en el sofá, la chica miró al joven.

-Tú dirás - empujó a hablar el chico.

-Verás, ¿Recuerdas que estaba emperrada en entrevistar a Dominic Bale?-

-Ese es...¿Uno de los accionistas que subvencionan nuestra facultad, no?- inquirió el otro.

-Mas...más que "un accionista" es el "ACCIONISTA" ...a...a...atchús...de nuestra facultad - explicó ella.

Limpiándose la nariz prosiguió diciendo:

-A lo que iba, pude concertar una ci...i...atchús...cita con él -

-¡Genial!- exclamó con alegría el joven.

-Je, no, nada...nada de genial...atchús...ay Señor...- ella volvió a limpiarse la nariz.

Mirando al chico repuso:

-La cita es para hoy y mira como he amanecido-

-Oohh, lo siento mucho, de verdad Holly- se lamentó él.

-Joel, yo...me...me gustaría que...si no te importa y puesto que has acabado tu...tesis...me...me preguntaba si tú podrías ir en mi lugar -

-¿Que yo qué?-

-Por favor Joel, es una oportunidad de oro, no...no te lo pediría si no fuera importante - Holly le miraba con ojitos tristones.

-Ho-Holly yo no estoy en el periódico de la facultad -

-Eso no importa -

-¡Yo no tengo ni idea de hacer una entrevista!- exclamó nervioso Joel.

-No...no tienes de qué preocuparte, mira- levantándose de un brinco, Holly se apresuró hacia la mesa donde tenía montones de papeles desperdigados.

Encontrando el que quería regresó junto a Joel.

-Las preguntas te las doy yo, tú solo tienes que leerlas y...grabarlas- la chica puso una grabadora en su mano.

Joel, pasmado, miraba el papel y la grabadora.

-Holly, no...no sé si sabré...-

-¡Por favor, por favor, por favor!- suplicó ella que agarrándole del rostro, imploró -Me juego mi matrícula de honor, esta entrevista hará que Harris me otorgue la nota más alta y me sumará puntos para dedicarme a lo que quiero -

Joel se mordió los labios.

-Y...¿Y si la pifio? Y...¿Y si no quiere que le haga yo la entrevista porque te espera a ti?- inquirió seriamente.

-Estoy segura que no pondrá pega alguna- angustiada, Holly repetía sin cesar -Por favor, por favor, dime que lo harás, por favor-

Rodando los ojos, Joel resopló y contestó:

-Está...está bien, iré a hacerle tu entrevista-

-Gracias, gracias, eres un sol- echándose a su cuello, Holly se abrazó a éste -Eres un amigo -

-Sí, sí, a qué hora quedaste con él y en donde-

-A las once y tienes que ir a su oficina-

-¿¿A las once?? ¡Holly, eso es dentro de dos horas!- se alarmó Joel.

-No te preocupes, no queda lejos- sonrió ella.

-¿A no?- se extrañó él.

-No, tiene...es...es el gerente de la empresa Holding Gates & Bale-

-¿Es...es el dueño de...Hol...Holding Gates & Bale?- se asombró Joel.

-Er...sí -

-¡Madre mía!- jadeó el joven.

-Tú...sé educado, amable y céntrate en las preguntas ¿Eh?- forzó una sonrisa Holly.

Poniéndose en pie, Joel aseveró:

-Que conste que lo hago porque eres mi amiga que si no lo iba a hacer tu madre-

-Lo sé, lo sé, y de veras que te estaré eternamente agradecida- asintió ella.

-Eso no te quepa duda- caminando hacia la puerta, anunció -Me voy o como me espere no encuentro aparcamiento-

-Este viernes te invito a lo que quieras- dijo la chica.

Joel giró la cabeza.

-Pues ya puedes estar preparando pasta porque te voy a desangrar- y tras decir ésto, salió del apartamento.

Holly, más contenta que unas pascuas, se sintió mucho mejor.

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