William
Ash fija sus ojos en los míos.
—Me enamoré de ti cuando vi más allá de lo que está a la vista, eres más que tu cuerpo, que tu rostro —Ash boquea, pero no logra decir nada—, aunque debo admitir que hoy te ves deslumbrante —termino y noto que su nariz se ha puesto roja al igual que sus mejillas, tiene la capacidad de verse como una mujer fuerte y a la vez puede verse tan tierna que logra derretirte.
—¿Te… enamoraste de mí? —pregunta mirándome fijamente.
—Como un loco —vuelvo a besarla y puedo sentir como cada centímetro de su cuerpo se abandona a mí.
Nuestro beso es intenso y sus suaves labios acarician los míos haciendo que mi cuerpo reaccione, su dulce lengua juega con mi boca y la presiono contra mí, como lo hice anoche cuando hicimos el amor, quería tenerla tan cerca de mí como era posible.
Separamos nuestros rostros cuando nos hemos quedado sin aire y la observo mientras acaricio su mejilla con mi pulgar, algo en la forma en que me mira hace que sienta algo en mi estó