--No podemos permitir que las cosas se salgan de las manos… Solo encargarte de que los inversionistas logren superar las expectativas… --Adrien hablo como de costumbre, mientras que Irina como de costumbre asintió y procedió a escribir en su libreta.
Pero entonces el silencio invadió el lugar, cuando de la nada, la puerta fue abierta de manera arbitraria y allí se encontraba aquel hombre que Adrien deseaba ver lo menos posible en toda su vida, no había duda que aquel hombre era como el cáncer, deterioraba, cansaba y hasta podría llegar a ser muy persuasivo, hasta el punto de no querer desaparecer nunca.
De esa manera, Adrien podría describir a su padre, aquel hombre que ahora lo observaba como si nada y tomaba asiento frente a él y lo observaba con esos ojos tan parecidos a los suyos como si tuviese algún tipo de secreto superincreíble que solo le atormentara y arruinara su vida