Cuando Angeline y Zayne entraron en el Jardín del Diario, vieron que había guardaespaldas parados cada diez pasos en el jardín. Los ojos de Angeline revelaron horror puro.

Ella conocía a Jay desde hacía tanto tiempo, pero nunca lo había visto tan nervioso como en ese momento por cuestiones de seguridad.

Jenson empujó a Jay hacia afuera. Al ver a Mami, no hubo sorpresa en su rostro sereno. En lugar de eso, él estaba envuelto en frialdad.

Zayne originalmente había querido darle un gran abrazo a Jenson. Después de todo, esta era la primera vez que conocía al niño como su tío.

Sin embargo, Zayne vaciló cuando vio la inaccesible frialdad de Jenson.

“Jens, saluda a Mami”, Jay le recordó fríamente.

Jenson estaba triste y la llamó en voz baja: “Mami”.

Angeline frotó afectuosamente la cabeza de Jenson y le preguntó gentilmente: “¿Dónde están tus hermanos menores?”.

“Todavía estoy durmiendo”, dijo Jenson.

Angeline miró hacia el segundo piso y con una sonrisa en los ojos, subió las escal