76. El verdadero amor 3
˗ˏˋ៚↠𝐅𝐫𝐚𝐧𝐤⋆⋆⋆⃟✪⃝⃞⃝⊰⁂
Sienna no volvió. En su lugar vino otra enfermera.
Es extraño… me agrada, más de lo que quiero admitir. Tiene una forma de ser que me resulta cómoda: directa, sin rodeos, sin adornos innecesarios. Me gusta que diga lo que piensa, sin buscar caer bien o llevar la corriente.
—¿Disculpa, Sienna ya se fue? —pregunto a la enfermera, intentando sonar poco interesado.
—No, está ocupada con otros pacientes —responde, sin mirar.
Frunzo el ceño, me molesta saber que está con otro paciente y que no vino a revisarme.
—¿Qué pasa, hijo? —interroga mi madre, al quedarnos solos.
—Nada, deberías ir a descansar al hotel, mamá —sugiero con evidente frustración en mi voz.
—Prefiero quedarme contigo —se acomoda en el sofá—. No estaría cómoda en otro lugar.
Al día siguiente, mis compañeros vienen a verme. Ya habían estado antes, pero entonces yo apenas distinguía sus rostros entre el mareo y los analgésicos. Esta vez estoy más consciente.
Hablamos un poco de todo: del operativo,