Will Russell
Me despierto como cada día, me alisto lo más rápido posible y luego me dedico a ocuparme de mis hijas, las que están mucho más contentas porque han visto a su madre. Aunque por petición de Samara, no puedo volver a llevarlas al hospital, porque ellas pueden pescar algún virus o nosotros contagiarle algo.
Desde ahora debemos ser muy cuidadosos con su salud, porque no puede volver a enfermarse y mucho menos agitarla demasiado, para que su cuerpo se recupere lo mejor posible.
Bajo con mis niñas como todos los días y ellas van felices, porque quedamos en que iremos a comprar las mochilas de unicornio para Saphira y de caballero para Willow. Sus gustos son completamente diferentes y eso me encanta, porque las hace únicas aunque se parezcan tanto.
Nos ordenamos con todo lo que haremos ese día, salimos a la tienda después del desayuno y mientras buscamos lo que quieren, me llama mi hermana.
—Sheyla, ¿cómo estás?
“Cansada de papá… ¿no tienes un lugar para mí?
—De hecho, sí. Jake