Bella se pasó la mano por el cabello con estilo y dijo: —Claro, ¿muy guay, no?

Juan se divirtió con Bella y asintió repetidamente mientras la elogiaba: —Guay, muy guay. ¡Podrías competir con los bateristas profesionales!

—¡Vaya buen ojo tienes, chico!— Bella le dio un golpecito en el brazo a Juan y continuó: —Vamos, ¡te invito a tomar algo!

—¡Señorita, también queremos tomar! —los compañeros de la banda se unieron y empezaron a animar.

Bella se sintió feliz y saludó con amplitud de miras: —¡Vamos, todos a beber juntos!

El grupo rodeó a Bella y se sentaron en un amplio reservado, donde pidieron aperitivos y bebidas sin escatimar y la llenaron de elogios.

—Señorita, no lo esperaba. Pareces delgada, pero cuando tocas la batería, no te falta nada de energía.

—Así es, además golpeas las baquetas con mucho estilo. Señorita, ¿por qué no te unes a nuestra banda?

KK sugirió: —¡Imagina tocar la batería junto nosotros. Seguro que dejamos al público impresionado!

—Sí, estoy de acuerdo. Si la señor