El día siguiente

Si hay una cosa que he aprendido al crecer es que Diego es realmente ruidoso.

— ¡Oh dios mio! ¡Mis ojos!

Pero qué demonios le pasa…

Levantando la vista hacía la puerta donde está parado, puedo ver a Diego con una mano cubriendo sus ojos y su otra mano temblando como un maníaco delante de él, como si tal movimiento hiciera desaparecer todo lo que está evitando mirar.

— ¿Que te pasa? — digo con furia, acurrucándome más en mi almohada.

— ¿Que me pasa? ¿Que te pasa a ti? ¡El es nuestro capitán y fue nuestro maestro, por el amor de dios!

Mis ojos inmediatamente se abren de par en par.

Ahora completamente consciente de mi entorno me doy cuenta de que estoy completamente desnuda, lo único que me impide deslumbrar completament

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo