Katherine
-Yo paso.- fue lo último que salió de mis labios antes de intentar escapar de la situación y chocar contra un muro de músculos que casi hace que me caiga de espaldas.
¿Dónde estaba el ropero este que no lo vi cuando entre? Un par de enormes manos me sostienen de mis brazos, por lo menos tuvo la decencia de sostenerme para no dejarme caer.
Lentamente mi mirada va subiendo por unos grandes brazos cubiertos por un traje negro, pasando por un pecho que parece tenso bajo una camisa blanca impecable, intento llegar al rostro del causante de frustrar mi intento de fuga pero parece un cuerpo interminable, debe medir como un metro noventa o quizás más. Cuando finalmente me encuentro con un par de ojos celestes más claros que el cielo cubiertos por espesas pestañas negras como su cabello y una barba de tres días enmarcando una perfecta mandíbula cuadrada, una nariz angular y unos labios bien definidos y levemente rosados, todo el aire escapa de mis pulmones como si fuera absorbido por este hombre que no había visto en mi vida.
Parece un modelo de revista enfundado en un traje negro, con cara de malo y una mirada fría que más que miedo me provoca un cosquilleo en lo más profundo de mí ser.
-¿Qué crees que haces? Suéltame.- le gruño una vez que salgo de la nube en la que me mantenía su intensa mirada.
Pero eso no sucede hasta que escucho la voz de papá
-Katherine, a mi oficina ¡AHORA!- ruge mi adorado padre, sólo entonces el rey del hielo me suelta.
Sigo a papá a través del pasillo y me giro para encontrarme con el gorila mirándome, entonces en un arranque de inmadurez le muestro mi dedo del medio solo para notar la leve curvatura de su labio en un intento de sonrisa cuando mi padre lo llama también a él para que nos siga. ¡Esto es la guerra freezer!
-Papá, papi… ¿Por qué me haces esto…? odio llamar la atención, prácticamente evito que me vean con mamá o Helena para que no me relacionen con el apellido Hamilton, y tu quieres que vaya por la vida con una sombra personal. No, me niego, sabías que odiaría tus nuevas reglas. ¿Por qué no me dejaste seguir con mi investigación de mercado antes de regresar?- lo bombardee antes de que terminemos de ingresar a la oficina.
-No existe forma alguna en el mundo que me haga cambiar de opinión Katherine.- dice la voz de Batman reapareciendo por segunda vez. Maldición, va a ser una negociación dura…
-Pa… No te pido mucho, solo déjame regresar a París y terminar con mis investigaciones en el resto de países que planeamos y luego regresaré a cumplir con tus reglas. Solo un par de semanas más, por favor. Aparte no me conoce nadie, no es completamente necesario que alguien me cuide, sabes que me defiendo bastante bien solita.- Digo poniendo carita de gatito para intentar comprarlo.
Un suspiro, un largo suspiro, el paso de su mano por su cabello y sus hombros cayendo derrotados bastan para ponerme completamente alerta. Hay algo más detrás del capricho de ponernos guardaespaldas por el simple hecho de ser reconocidos por la carrera de mamá o su millonaria empresa.
-¿Qué sucede, qué me estás ocultando papá?- le digo sin rodeos, lo conozco muy bien.
-No es nada Kathy, tú no tienes que preocuparte por nada y solo hacer lo que te pido. Por favor no compliques las cosas.- me dice y no le creo nada.
-No me mientas, sabes que te leo como un libro abierto y sé que algo me ocultas. Hay dos formas de hacer esto, o me dices la verdadera razón por la que los gorilas están aquí o te prometo que los voy a volver locos a ellos y a ti hasta que averigüe la verdadera razón de su presencia en nuestras vidas.- le digo con toda la determinación que soy capaz de transmitirle aunque debo reconocer que por su preocupación no es nada bueno.
Noto que mira a mis espaldas a freezer esperando una reacción y al girar mi rostro lo veo negar con la cabeza evitando que mi padre me diga la verdad.
-¡Tú no te metas!- exclamé señalando directamente hacia él. -Y tú sabes que no bromeo cuando digo que volveré loco a medio mundo si no me dices la verdad.- digo ahora apuntando mi dedo hacia mi padre que vuelve a suspirar y murmurar una maldición.
-Sabes que puedes confiar en mí papá, y será mucho más fácil compartir la carga conmigo que con las dos descerebradas que están en la sala. Comparte tu preocupación conmigo y pondré todo de mi para ayudarte en lo que pueda.- le digo tomando sus manos y viendo como sus ojos se cristalizan de la emoción.
-Tú ganas…- susurra pero freezer lo interrumpe.
-Señor, no creo que una niña pueda tolerar cierta info…- no lo dejé terminar de hablar, como impulsada por un resorte me puse de pie y lo enfrenté directamente con toda la furia reflejada en mi rostro y la sangre bullendo en mis oídos.
-Shhhh… ¿Pero quién te crees que eres para decidir qué puedo saber o no? Primero, es mi vida la que se ve afectada con su presencia en nuestra casa. Segundo, si tolero o no la información que exijo conocer no es su problema sino mío, y tercero, ¿Qué le hace creer que soy una niña?- le voy hablando mientras doy pasos en su dirección y él haciéndome frente se acerca también intentando intimidarme hasta que estamos a solo unos pocos centímetros de distancia y nos fulminamos con la mirada.
-Katherine…- me advierte mi padre.
-Nada de Katherine papá, este tipo no es nadie para tomar decisiones por mí, jamás lo permitiría, no soy una niña y soy completamente capaz de lidiar con lo que sea que esté pasando aquí. A menos que tanto usted como mi padre quieran un motivo más para preocuparse por mantenerme controlada.- digo ladeando un poco la cabeza a un lado sin despegar la mirada de freezer que refleja la misma furia que la mía, o capaz un poquito más ruda que la mía.
Tengo que reconocer que un poco de miedo me da, pero no se lo dejaría ver ni aunque estuviera aterrada como el infierno, porque demostrarle lo mucho que me intimida no sería de ayuda para mí y sólo aumentaría su ego.
-Eros…- interviene mi padre -Déjamelo a mí por favor…- dice y se lo agradezco.
Vuelvo a mi asiento sintiendo los ojos helados a mi espalda.
-Kathy, he estado recibiendo amenazas referidas a ustedes, y no cualquier tipo de amenaza, las han fotografiado en distintas ocasiones. Incluso recibí fotos tuyas de la semana pasada en parís y cientos más. Todavía no se que pretenden, seguramente es por dinero. Pero hasta estar seguros de quién puede estar detrás de todo esto, estoy realmente preocupado y necesito que colabores conmigo. Entiende que no puedo estar tranquilo sabiendo que estás en otro país cuando hay alguien acechando tu seguridad y la de toda la familia en general. Solo te pido un par de semanas hasta que den con los criminales detrás de todo esto.- dice pero creo que está omitiendo algunos detalles.
-¿Hay algo más que no me estás diciendo?- Lo interrogué con la esperanza de que me dé algún otro detalle.
-No cariño, sé que me notas muy estresado, pero comprenderás que es la primera vez que nuestra familia pasa por una situación como esta y por eso estoy preocupado, pero te prometo que no tienes que preocuparte por nada más que seguir las órdenes del equipo del Sr. Cook.- dice intentando despejar mis dudas.
Le doy un leve asentimiento para no seguir discutiendo, pero a mí no me engaña.
-Es suficiente, por ahora…- le advierto. -Ahora, si me disculpan me retiraré a mi habitación.- digo poniéndome de pie y enfrentándome al gorila parado en la puerta. Nos desafiamos mutuamente con la mirada antes que dé un paso al costado para dejarme salir.
Una vez dentro de la seguridad de mi habitación, dejé salir el aire que estaba conteniendo. No puedo creer todo lo que acaba de pasar, ¿Mi familia amenazada? Que figuren fotos de mi madre y hermana es una cosa, pero… ¿mías? Son contadas las veces que lograron publicar fotografías mías en la prensa y todas fueron en eventos familiares de los que no pude escapar. Que alguien me haya estado siguiendo sin darme cuenta, me inquieta un poco, pero tiene que haber otro motivo detrás de esto, nadie se tomaría tantas molestias solo por un poco de dinero. Es por eso que mi padre está tan preocupado.
Voy a acatar las órdenes, o al menos algunas…
Luego de una ducha relajante decido ponerme a trabajar en mi tesis antes de que nana me llame para la cena, al bajar al comedor me encuentro con mi madre y mi hermana metidas en sus teléfonos celulares actualizando a sus redes sociales y amistades sobre la maravillosa noticia de que tendrán un guardaespaldas para protegerlas de los paparazis que creen serían capaces de atacarlas por una primicia o foto suya.
A veces creo que son tan huecas que son capaces de considerarse más importantes que la misma reina de Inglaterra.
Una rápida mirada hacia papá que solo niega con la cabeza asintiendo mis sospechas de que son una causa perdida para que mi humor mejore levemente.
Después de cenar llevo mi postre a mi habitación para continuar trabajando, nada mejor que el pastel de manzanas de nana y la música de Bruno Mars para relajarme. Casi sin darme cuenta ya es media noche cuando mis ojos no dan más del cansancio, decido dejar todo por hoy y continuar mañana. Cuanto antes me saque esto de encima mejor.
Desperté sobresaltada con los nervios a flor de piel, estaba soñando con unos helados ojos celestes que no dejaban de perseguir e intentar arrastrarme hacia la oscuridad. No le suelo prestar atención a los presentimientos pero siento que mientras más lejos me mantenga de freezer va a ser lo mejor. Solo espero que como jefe de seguridad no sea el encargado de seguirme a sol y sombra.
Tomo mi teléfono para ver la hora y maldigo el momento en que me quede hasta tarde anoche, ya es casi el mediodía, me perdí toda la mañana durmiendo como una marmota. A estas horas hay mucho tráfico para salir a correr así que solo me queda dar un par de vueltas alrededor de la propiedad de mi padre. La casa cuenta con mucho terreno alrededor como para compensar las distancias que recorro a diario, pero reconozco que me gusta más sentirme libre que enjaulada aquí.
Me pongo mis pantalones de gimnasia, top deportivo, covers, mi i pod y amarré mi cabello en un moño desordenado.
Al salir al exterior me encuentro con otro gorila estacionado afuera de casa.
-Señorita Smith, mi nombre es Taylor y soy su custodio por los próximos días, dígame dónde desea ir y la llevaré de inmediato.- dice el muy correcto sonando más como una máquina que un hombre. Una fuerte carcajada escapa de mis labios, pero no parece hacerle tanta gracia, debe pensar que me burlo de él por lo que me apresuro a quitarle un poco de hierro caliente al asunto.
-No se lo tome a mal Sr. Taylor, pero me sentiría mucho mejor si solo me llamara Katherine o Kathy, como prefiera, y deje las formalidades a un lado ya que no necesito una etiqueta y tampoco pienso abandonar la propiedad, voy a correr alrededor. Si gusta puede acompañarme pero quítese ese incómodo traje porque de lo contrario va a sudar como un testigo falso.- le digo con una media sonrisa mientras arranco con mi entrada en calor y prendo mi música
Al cabo de unos minutos, se me une al trote un Taylor distinto al anterior, con un pantalón de chándal y sudadera sin mangas luciendo por lo menos diez años más joven. Una leve sonrisa se dibuja en la comisura de mis labios, pero no digo una sola palabra al respecto.
Corremos alrededor de siete kilómetros hasta que me considero suficientemente mareada para parar.
-Es suficiente, si doy una vuelta más voy a caer redonda del mareo que tengo.- le advierto mientras me recuesto sobre el césped para recuperar el aire.
De la frustración que cargo encima corrí a más velocidad de lo que acostumbro y eso me hizo marear más rápido. Una vez recuperado el aire, me siento para hacer mis estiramientos y me encuentro con Taylor parado frente a mí.
-Si me permite hacerle una observación, debería bajar un poco la velocidad cuando entrena en el interior de la propiedad. A ese ritmo me sorprende que aguante tantos kilómetros ¿Cuánto suele correr diariamente?- pregunta intrigado.
-Se lo permito sólo si deja de tratarme de usted. Y ya sé que me pasé de velocidad, pero eso es culpa de ustedes, siendo sincera no es de mi completo agrado tener un guardaespaldas siguiéndome las 24 hs. Y respondiendo a su pregunta, lo diario son 6 km pero dependiendo de mi estrés puedo llegar a los 10.- Le digo y pude observar por un segundo la sorpresa en sus ojos al revelar la distancia que puedo llegar a correr, pero no me sorprende. -Los hombres piensan que solo ustedes son capaces de correr grandes distancias y que las mujeres poseemos menos resistencia, pero están equivocados, las mujeres tenemos más resistencia al dolor solo por haber nacido mujeres, por lo tanto la capacidad de resistir por más tiempo el agotamiento físico.- le digo en un arranque de sinceridad. -Sin ofender.- aclaro, pero no recibo respuesta alguna, solo un asentimiento.
Regreso a mi habitación para una ducha rápida y le digo a nana que me prepare un sándwich, me voy a encerrar en la oficina de papá a seguir trabajando.
Pierdo la noción del tiempo cuando me sumerjo en mis estudios, y no es hasta que mi teléfono suena que desconecté mi mente del escritorio de trabajo. Miro la pantalla y una sonrisa se dibuja en mis labios.
-Hola mi vida… ¿Cómo estás?- digo al atender la llamada.
-Hola preciosa, extrañándote horrores ya. Dime que no olvidaste nuestra cita de esta noche.- dice Nick y yo quiero morir de la vergüenza porque realmente lo había olvidado.
-Eeeemmm…Nooooo, sería incapaz de olvidar una cosa como esa.- miento, pero me conoce lo suficiente para saber que lo olvide por completo.
-Sabes que no puedes engañarme pequeña. ¿Qué fue lo que te mantuvo tan entretenida que no recordaste nuestra cita?- pregunta intrigado, tengo que reconocer que es bastante posesivo a veces.
-La tesis, es más, si no me hubieras llamado se me habría pasado el día encerrada en el despacho de mi padre. Qué les parece si cenamos pizza y cerveza aquí en casa, realmente no tengo muchos ánimos para salir hoy y los necesito a ambos esta noche.- le digo porque en realidad quiero comentarles lo de la nueva seguridad sin tener que hacerlos callar en un lugar público, se que se van a poner histéricos los dos.
-¿Cómo resistirse a semejante y tentadora oferta? Cuenta con nosotros, paso a recoger a la insoportable de Lis y en una hora estamos ahí.- dice y cuelga sin más.
De repente un escalofrío me recorre la columna vertebral erizando los vellos de mi nuca como si alguien me estuviera observando, sin darme cuenta mis ojos comienzan a recorrer la habitación en busca del motivo de mi nerviosismo hasta que dan con un par de ojos helados al otro lado de la ventana que me observan fijamente como si quisieran congelarme. Me atrapan de tal forma que no me dejan escapar. Tanto así que no escucho que alguien se acerca hasta que siento un roce en mi brazo lo que me hace saltar del susto y salir del trance soltando un grito de sorpresa.
-PAPÁ… ¡Me vas a matar del susto!- le digo sosteniendo mi pecho porque el corazón parece querer escapar entre mis costillas.
-Estabas tan concentrada mirando hacia afuera que no me escuchaste entrar, cielo.- dice con un toque de picardía en su voz.
-¿Y qué pretendías? Si freezer me estaba mirando desde afuera.- le digo tratando de sonar indignada.
-¿Freezer?- pregunta confundido hasta que ve a su guardaespaldas al otro lado de la ventana. -Ah… Eros, si me vio entrar y por eso escaneaba la oficina desde afuera.-
-Claro, si es un cubo de hielo el tipo. Si, supongo que por eso estaba mirando hacia adentro. La verdad es que me siento un poco invadida con gente desconocida rondando la casa y los alrededores.- le digo un poco nerviosa de no ser completamente consciente de cuando me están observando cómo en estos momentos. Aunque no me observaba a mí, sino que solo seguía los pasos de mi padre y eso me molesta aún más por no poder controlar las reacciones que tiene sobre mí.
-Es un buen agente, muy inteligente y atento a los detalles.- dice mi padre tirándole flores a freezer.
-Solo hace su trabajo papá, tampoco exageres. Supongo que debe cobrar una pequeña fortuna por sus servicios así que no te emociones tanto.- le digo mientras junto mis apuntes para dejarlo trabajar a él un rato antes de la cena. -Ah, y esta noche vienen mis amigos a cenar, íbamos a salir pero dadas las nuevas reglas, no quiero que me vean con un gorila a mis espaldas.- le digo un poco indignada.
-Está bien tesoro, lamento que no puedas ser tan libre como te gusta, pero prometo que todo esto pasará pronto.- dice dejando un beso en mi mejilla que me hace sonreír.
-Eso espero, y sabes que si necesitas ayuda con la empresa puedes delegar algunas obligaciones en mí, hagamos de mi estadía aquí algo productivo y mantenme un poco entretenida si no quieres que me vuelva loca por favor.- le digo y veo el orgullo brillar en sus ojos mientras me dirijo a la salida.
-Gracias cielo, ten por seguro que lo voy a tener en cuenta. Ah… y ya que sales, puedes informar a Eros de la llegada de tus amigos y dile de mi parte que ya se puede retirar a descansar, no pienso volver a salir hasta mañana.- dice y yo me quiero enterrar viva antes de dirigirle la palabra a freezer.
Soltando un audible suspiro para demostrar mi descontento, lo fulmino con la mirada y salgo de la oficina para encontrarme con el témpano afuera de casa y pasarle el recado de papá.
Eros Fuego, fuego es lo que escapa de esos ojos verdes cada vez que reparan sobre mí. De repente siento que solo con un abrir y cerrar de ojos podría derribar todos mis muros y consumirme en solo segundos. Y aunque sea terriblemente tentador descubrirlo, tengo que mantenerme lo más alejado posible de esa mujer. Un momento de debilidad puede ser la diferencia entre la vida y la muerte cuando uno se enfrenta a criminales peligrosos como el ruso. Salgo de mis pensamientos cuando escucho que alguien se acerca y antes de ver quien es ya lo sé, un fuerte aroma a jazmines me golpea antes de que aparezca ante mí la preciosa señorita Smith. *Pero…. Que… ¿Preciosa? Estás de mente Cook* pienso antes de poner mi cara indiferente nuevamente y no dejar notar mi confusión. -Señor Cook, le informo que vendrán un par de amigos esta noche y nos quedaremos despiertos hasta tarde. Y mi padre desea que le informe que se puede retirar a descansar ya que no volverá a salir hasta mañana.- di
Katherine El despertador suena y me cuesta horrores despegar los ojos para apagarlo, maldito el momento en que decidí tomar cerveza anoche y acostarme tan tarde. Ahora lo que menos tengo es ganas de salir a correr a las seis de la mañana. Pero no quiero que me pase lo de ayer por lo que dando un salto para no volver a dormirme me pongo mi conjunto de deporte blanco, pantalones de yoga ajustados a lo largo de mis piernas y trasero, top y una sudadera larga con capucha que me cubre hasta las caderas. Bajo a la cocina por un poco de agua para aliviar el dolor de cabeza y luego salgo al exterior, pero al no ver a Taylor, creo que nadie se dará cuenta si me ausento por una horita solo para correr un poco sola, el tema es como salir sin que el guardia me vea… Mientras hago un precalentamiento y evalúo mis opciones de escape, una profunda voz a mis espaldas me hace saltar del susto y un pequeño grito escapa de mis labios sin poder contenerlo. -¿Evaluando posibles intentos de
Al estacionar afuera de la empresa, mientras espero que freezer me dé su aprobación para bajar, el letrero de Smith Corporations Company me llena de orgullo, saber que papá ha trabajado tanto para levantar este imperio es algo que me da mucha felicidad y terror a la vez, porque soy consciente de que todo esto estará a cargo mío en poco tiempo. Solo ruego estar a la altura de las expectativas de mi padre y lograr que se sienta orgulloso de mí. Un golpe en el cristal me saca de mis pensamientos, y es freezer que me hace señas de que puedo descender ya. Sin perder tiempo salgo y me dirijo hacia la entrada donde me detienen por primera vez uno de los guardias. -Señorita, con su permiso necesito registrar su ingreso a la empresa. ¿Si es tan amable podría facilitarme tomar su huella digital?- guau… Así que se toma en serio su trabajo señor Cook. -Claro, no hay problema Señor…- -Emerson.- dice terminando la frase por mí. Apoyo mi pulgar en un aparato tecnológico que t
Eros Al retirarse la Srta. Smith de la oficina, respiro con un poco más de facilidad. Esa mujer me está robando el aliento cada vez que la tengo cerca, desde esta mañana que la vi con ropa de deporte tengo una incomodidad latente en mis pantalones que no puedo parar y que empeoró un poco cuando la vi salir de la casa vestida con ese jeans ajustado a sus largas piernas y tacones altos. Ni hablar de cuando casi se cae en el ascensor y al apretarla contra mi pecho su perfume casi me noquea literalmente, por un momento me sentí tentado de enterrar mi cabeza en su cuello y aspirar ese aroma tan delicioso que invadió mis fosas nasales y se quedó registrado en mi cerebro como el aroma más delicioso que sentí en mi vida. No sé porque tengo estos pensamientos con esta mujer, pero no creo conveniente estar cerca. Mientras más cerca la tengo más confunde mi mente y me hace bajar la guardia. ¿Qué es eso de acceder a sentarme con ella y reírme de sus ocurrencias? *Concéntrate maldita
Katherine -No exageres papá, que todavía estoy a años luz de igualarte. Ahora dime. ¿Por qué tanto interés de mamá para que lleguemos a la cena?- le pregunto ya que es de lo más raro que se preocupe por saber si cenamos o no. -Tu madre y hermana organizaron una cena para presentar al nuevo novio de Helena.- dice y por la mueca de su rostro sé que no le causa ninguna gracia. -¿Ya tiene un novio nuevo cuánto pasó desde el último, tres meses y ya presenta otro?- digo sorprendida. Mi hermanita es una verdadera cazadora de hombres, nunca la he visto enamorada de verdad. Pero funciona perfectamente con ella. En cambio yo soy un caso perdido me entrego en cuerpo y alma en cada relación y así termino siempre con el corazón roto. Por eso desde hace ya más de un año decidí cerrar la puerta a las relaciones y esconder mi corazón detrás de un muro para evitar seguir lastimándome con perdedores que no valen la pena. -Ni me lo recuerdes hija, por suerte tú eres un poco más cuer
Eros ¡Maldita sea! ¿Cómo demonios se le ocurre bajar vestida de esa manera? Ni en mis más sucios sueños podría haber imaginado que se vería tan jodidamente sensual vestida solo con una camisa mía, porque estoy seguro que esa camisa que lleva es una de las mías. Mi instinto posesivo me hace querer arrastrarla a la habitación más cercana y no dejar que nadie más la vea con tan poca ropa. Necesito concentrarme, tenerla en este momento pegada a mi cuerpo me resulta tremendamente difícil de controlar la erección que amenaza con evidenciar el terrible deseo que me provoca tenerla tan cerca. -Que bueno que se hayan reencontrado, pero esta noche es nuestra. ¿No es cierto cariño?- dice su hermana interrumpiendo para no perder protagonismo. Automáticamente centro toda mi atención en el tipo que está con la Srta. Helena. En mi primer escaneo al ingresar a la casa, ya hay algo que me resulta muy inquietante. Tiene un aire de superioridad y misterio que me hace pensar que
Katherine -¡Cabrón!- es todo lo que soy capaz de articular después de lo que acaba de pasar, no alcance a terminar de procesar si lo que me decía era un halago o algo más profundo cuando se echó atrás y retiró lo dicho. Este tipo me confunde cada vez más y no entiendo sus constantes cambios de humor, en un momento parece mirarme con un poco de deseo o coquetear conmigo y al siguiente se recubre de su capa de hielo y se comporta como un auténtico cretino. Cada vez entiendo menos al género masculino, después se jactan de que las complicadas e histéricas somos las mujeres, pero ellos te aseguro que no se quedan nada atrás. “Entre las malas experiencias que he tenido hasta el momento y los pocos hombres que conozco (excepto Nick que es un dulce conmigo), me atrevería a decir que la raza masculina está completamente perdida… Creo que tendría que plantearme seriamente en volverme gay, es más, podría proponerle a Lis que seamos pareja. Ella ha tenido el doble de decepciones
Eros -¿Qué te pidió, qué?- le pregunté estupefacto. -La Srta. Smith me pidió clases de defensa personal.- vuelve a repetir y no me lo puedo creer, ¿Qué pretende ahora esta mujer? -¿Y eso por qué, te dio alguna explicación?- -No, sólo la noté muy nerviosa como si le costara pedirme tal cosa. Tuve que presionar para saber qué quería decirme y luego de que le dijera que eras tú quien debía aprobarlo parecía decepcionada y un poco asustada también.- dice mientras miro en su dirección donde permanece almorzando con su padre y me encuentro con sus preciosos ojos verdes que no están del precioso color esmeralda que suelo ver en ellos, parecen estar apagados y un poco enturbiados. Es cierto, tiene miedo, lo noto incluso a metros de distancia. -Si, claramente algo la inquieta. Habla con ella y dile que te explique la razón de querer recibir esas lecciones, si su respuesta te convence accedes. De lo contrario me avisas y hablaré con ella.- le digo y de verdad espero que lo