Parte 4
Victor
— No me estoy dejando llevar, mamá — abrí las manos sobre mi regazo — De hecho, antes incluso de inventar este paseo, ya estaba pensando en pedirle que se casara conmigo cuando volviéramos a casa.
— Bueno, si es así... — Enzo se sentó a mi lado — Hablé con Lívia. Todavía está un poco desconectada — rió suavemente — Pero sentí que está bien, no corre peligro y de hecho, está más preocupada por ti, hermano.
— ¿Preocupada por mí? — hice una mueca tonta — Yo soy el que está desesperado por verla en este hospital. No era esto lo que planeé cuando quise hacerle una sorpresa — bajé la cabeza.
— Claro que no — Isabela se agachó frente a mí — Pero aparte de que aún está lenta por los medicamentos fuertes, está bien. Entra y ve a hablar con ella, Victor.
— Voy ahora mismo — sonreí a Isabela — Y ustedes pueden empezar a planear la boda. A menos que después de todo esto me mande al diablo y no pase nada.
Aún escuché sus risas más aliviadas antes de entrar en la habitación. Lívia te