Al ser tratado de esta forma por alguien como Sara, David se enfureció al instante, pera él, Sara es la menos indicada para hablarle de esta manera, era demasiado valiente considerando su situación actual.

Entonces dijo con voz profunda: “así que vienes por negocios, no me hagas reír, sabes siquiera el precio mas bajo de nuestras habitaciones, o que ¿no estas enterado de tu situación económica, o fue mucha la carga que olvidaste que estas en la ruina, ¿A dónde vienes a hacer negocios?, ah no me digas, quieres trabajar aquí, desafortunadamente para ti, no estamos buscando cosas como tú, además de que no es un buen momento, pero si me lo pides amablemente disculpándote de rodillas por tu insolencia anterior”.

Sara se burló: “aun a tu edad sigues sonando despierto, no entiendo como un desperdicio como tu puede llamarse hombre, y peor aún, merecer el apoyo de nuestro padre por considerarte como tal”.

La cara de David se volvió aún más fea después de esto, pero se recompuso al recordar que