Capítulo 8

Se voltió hacia a mi estaba mirando por una vitrina y me dijo:

— Laurys ¿ Cómo estás ? Pasaba por aquí y me quedé mirando las ofertas.

Le dije:

— Estoy bien gracias. Bye.

El también se despidió de la misma forma. Regresé a mi apartamento preparé un sándwich con todo lo que pude echarle. Me senté en el balcón como siempre, era verano el clima estaba agradable.

Esa misma noche me llamó Lena quería que nos viéramos, no me extrañaría para nada, pero hoy estaba de ánimos así que le respondí con una respuesta certera afirmativa.

— Hola ¿ Podemos vernos hoy Laurys?

 — ¿ Qué te hizo cambiar ?

— No me hagas preguntas sólo respóndeme.

— Ok. 

— Te espero hoy a las 9 ya sabes dónde.

Colgué, no se por qué nos atraía ese lugar era un lugar para almacenar alfombras y cortinas de atrás del templo de Ganesha, ahí empezó nuestra historia desde la adolescencia quizá por eso nos quedamos con la costumbre de ir allá, a pesar de todo éramos muy buenas amigas sólo eso.

Llegando la noche me puse a pensar porque no dejábamos esa fantasía loca desde niña de ir ahí a tener encuentros íntimos si comoquiera nos veíamos en mi apartamento y en el de ella. Cuando llegué ya ella estaba y le dije:

— Lena ¿ Por qué no cambiamos ya, y dejamos esta locura de venir aquí ? Nos podrían encontrar algún día.

Ella soltó una carcajada y dijo:

— No me importa, si tienes miedo es tu problema. Además si se sabe ¿ Qué ? Jajajaja. Me gusta el peligro. ¿ A caso a ti no ?

Yo le dije: 

— Sí. Pero hay ciclos que hay que cerrar.

Se movió hacia a mí y me empezó a acariciar los senos delante de la ropa en ese momento sentí mi cuerpo estremecer poco a poco lentamente mis senos estaban erectos, luego quitó sus manos y me acarició las caderas, sus manos suaves y tiernas sobre mi cuerpo me provocaba sensaciones, lentamente me quitó la blusa y me besó en la boca empezamos a besanos mutuamente con lengua, nos quitamos la ropa, cuando nos tendimos al piso entró alguien me asusté le dije a Lena:

— Hay alguien aquí.

Lena se asombró y voltió a mirar. Era alguien que no conocíamos, al parecer era uno de los sacerdotes, yo sentí vergüenza estaba desnuda. De inmediatamente le cuestionamos. No pude esperar y le pregunté:

— ¿ Quién eres?

El chico se queda mirándome y no contesta, eso me puso más nerviosa, me pregunté muchas cosas. No pude esperar y le pregunté:

— Por favor ¿ Quién eres ? 

Se quedó callado. Yo al ver que no hablaba me moví a tomar mi ropa pero el chico se apresuró, tomó la ropa de Lena y la mía. Me puse nerviosa en seguida le dije:

— Danos nuestra ropa por favor, no volveremos aquí te lo prometo.

Lena se defendió tambien.

— Yo también te prometo que no lo volvería hacer, no nos dejes así.

El chico al fin habló, por fin empezó a hablar con reproches e indignado.

— Ustedes son dos asco, como se atreven a entrar aquí a hacer sus actos de impureza aquí, no tienen vergüenza, ni respeto por este lugar, es un lugar sagrado sino respetan sus moradas, respeten al menos aquí.

Sentí vergüenza y humillación, el chico tenía mucha razón estábamos haciendo mal, yo bajé la cabeza sentí miedo a la vez. Otra vez le supliqué excusas.

— Perdónamos por favor, no volverá a ocurrir. 

Luego dijo:

— No volverá yo me encargaré de que así sea. Pero a cambio quiero algo. Yo...

Lena interrumpió dijo:

— Espero que no salgas con disparate ¿ Qué es lo que quieres ? ¿ Sexo ? Conmigo no cuentes.

El se quedó mirando a Lena por un rato y le dijo:

— Vaya no se me había ocurrido nada de eso pero yo conozco sus familiares las he grabado tengo pruebas de lo que hacen.

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