Mundo de ficçãoIniciar sessão
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38. Demasiado...
Dorian Recibí la llamada de Mónica un día antes me había pedido cuidar de Luciana, la nana había tenido una emergencia, Mónica y Luci solo me tienen a mi así que no pude negarme, además no era tan difícil cuidar de la pequeña Luci. Mónica había tenido que viajar a Italia constantemente y no quería perjudicar a Luci con eso viajes cansados, así que le pedí que la trajera a casa, me olvide de ella y me había quedado dormido junto a Anais, el sonido del móvil fue el que me despertó, y luego se despertó a Anais, le dije que le presentaría a alguien especial, pues Luci si es especial para mi. Cuando Mónica me informo que estaba afuera salí y vi a Luci bajar del auto y correr hasta mi, la tome en brazos, Mónica se me quedo explicándome algunas cosas y luego se despidió fue cuando entre a casa y me encontré con mi Anais, le sonreí pero había algo en su expresión que no me gustaba, vi como su mirada cambió aún más al ver a Mónica entrando a casa y me sorprendió la forma en que ella le hablo
39. Nada que te una a esa mujer
Dorian Me quedé en la sala perdido en mis pensamientos, quería ir con Anais pero tenía que tranquilizarme y ella necesitaba su espacio, acaba de salir de un conflicto de su matrimonio con el estúpido de Xavier como para que por mi culpa tenga más preocupaciones, lo único que quiero es su bienestar, no quiero que se estrese. Masajeaba mi sien, un dolor de cabeza me estaba atacando, no podía creer lo que Mónica había hecho, por más que fuera mi amiga nada le daba derecho a meterse en mis asuntos y mucho menos el ir con mi Anais y decirle todas esas cosas con la intención de que ella se alejara y yo pudiera viajar, ahora estoy seguro de que por eso lo hizo. Ahora entiendo porque hablaba tan mal de Anais, del como la veía en la universidad, que la veía muy coqueta con los demás hombres, solo quería que yo la viera como una mala mujer, pero no, jamás pude hacerlo, Anais siempre fue para mi y así Mónica me hubiera dicho que la veía besándose con otro jamás le hubiera creído. Anais siempre
40. Me perteneces a mi
Anais ....El saber que Dorian y Mónica no tuvieron nada me lleno de tranquilidad, ahora entendía que lo que ella buscaba era exactamente eso, que yo dejara a Dorian y yo en mi ingenuidad lo hice, de nada me sirve lamentarme, fui una tonta y ahora lo entiendo, pero por más que lo busque no me alejare de Dorian no estoy dispuesta a hacer lo que otros quieren, haré solo que mi corazón diga. Deja a Dorian en la sala, después de decirle todo sentí que necesitaba un tiempo, no me gusta que el la vea tan cariñosamente, es su amiga, si, pues es una falsa amiga, una que busca una oportunidad según las palabras de su propia hija. Inhalo profundamente tratando de disipar los malditos celos que siento al pensar en lo cerca que ella a estado de el. Dorian conoce tanto a esa niña que cualquiera pensaría que su madre y el son más que amigos, no se porque pero aun hay algo que me dice que lo que sabré después no me gustara para nada, pero pase lo que pase debo confiar en el como el lo ha hecho
41. ¿No soy tu nena bella?
Dorian...Soy un idiota, eso no tenia ni que dudarlo, pude sentir la mirada de Anais sobre mi en cuanto Luci hablo de que extrañaba que yo la acostara por las noches, no era difícil entender que la veía todas las noches y eso solo podía pasar si ella vivía conmigo, y si, si es así. Hace años cuando viaje a Francia, si lo hice junto a Mónica ya que su padre la enviaría a terminar sus estudios aquí, entonces la envío conmigo, desde entonces nos hicimos un poco más cercanos pero meses después cuando ella salió embarazada su padre la dejó sin nada ya que ella no supo hablar del padre de la bebé que esperaba, el le quito su ayuda y todo, lo cual me pareció extraño ya que el no parecía una mala persona. Mónica vino llorando a mi, así que le ofrecí quedarse en mi departamento, Mónica se esforzó por terminar su universidad a pesar de que su hija era muy pequeña, cuando mi abuelo me dio el capital para fundar mi empresa ella estuvo ahí ayudándome, fue mi primera empleada y hasta ahora ha si
42. Soy una amenaza para ella
Xavier Me despedí de mi padre y me dirigí a la habitación de mi madre, al entrar ella me sonrió, sintiéndome nervioso me acerque a ella, me entregó lo que Rocio debía de tomar, le sonreí tratando de transmitirle una tranquilidad que ni yo sentía.—Será lo mejor, ya lo veras nunca—fueron las últimas palabras que me dijo antes que de saliera de la habitación. Salí de la casa y subí a mi auto, guarde muy bien lo que mi madre me entregó le envié un mensaje a Rocio diciendo que llegaría por ella en unos minutos, mis manos temblaron al tomar el volante y encender el auto. Vamos Xavier, no eres un cobarde, no debes serlo, será solo una vez, será lo mejor para el o ella. El o ella… la curiosidad me embargo, un extraño sentimiento se alojo en mi pecho, mi corazón palpito de manera extraña, parecía tener una arritmia, respire tratando de relajarme. Me concentré en lo que debía hacer. …Estacione el auto frente al edificio donde Rocio estaba viviendo, al ver mi auto ella camino hacia mi, en
43. Es y siempre ha sido ella
Dorian El día de ayer lo había pasado muy bien junto a Anais y Luci, me encantó ver sonreír a mi nena como hace mucho no lo veía, parecía que veía a dos niñas correr por ese jardín, creo que me enamoraba más con cada una de sus sonrisas, solía tener envidia del cielo o del viento, pues recuerdo que a menudo la encontraba mirando al cielo y el viento golpeaba su rostro, su cabello se alborotaba, entonces su sonrisa aparecía en su rostro una sonrisa que ilumina mi vida y hace a mi corazón saltar en mi pecho, le reclamaba regalar sus sonrisas al viento pero el mundo debía amarla tanto como yo… Hoy vendría Mónica por Luci, le pedí a Anais que se quedara con Luci mientras hablaba con Mónica, no dejaría pasar lo que ella hizo hace años debía hacer algo y lo mejor para mi era cortar cualquier relación con ella. Me encontraba en la sala cuando ella entró a la casa, llevaba un pantalón y una blusa muy reveladora para mi gusto, no me importaba su apariencia, pero al verla así me hizo saber q
44. Divorcio
Anais Dorian se despidió de Luci y sus palabras hacia ella me hicieron saber que lo hacía de una manera definitiva aunque la pequeña no lo supiera, una parte de mi se sentía culpable pues yo tenia que ver en esa separación pero sabia que no era así, fue la propia Mónica quien provocó esto. —¿Estás bien? —pregunté acercándome a Dorian, me abracé a su cuerpo y enseguida sus brazos me estrecharon contra su pecho. —Si no te preocupes, todo quedo resuelto, Mónica no estará más en mi vida, aun no puedo creer la manera en que fue capaz de mentirme —respondió. El me contó todo lo que Mónica había hecho y estaba más que claro que lo hizo para estar a su lado, le mintió a su propio padre. Dorian también comentó que el padre le Mónica se haría cargo de Luci o al menos tendría vigilada a Mónica y confirmar que en verdad será una buena madre lejos de los ojos de Dorian. Una cosa era que Mónica tratara de manipular a las personas pero ¿su hija? No eso no era bueno.Dorian me informo que iría con
45. No pude hacerlo
Meredith Quise correr lejos de ese lugar, mi corazón bombeaba con fuerza, trataba de respirar con normalidad, rogaba por que Anna o alguien se acercara a mi y así poder huir pero nadie aparecía, retrocedí y di media vuelta, no estaba lista para enfrentarme a el. —¡Mer! —gritaba mi nombre lograba escucharlo aun con el bullicio. Lo podía sentir tan cerca de mi, pero sabia que aun no lograba alcanzarme, ahí en la oscuridad de ese maldito sótano choque contra el duro pecho de un hombre, mi nerviosismo se estaba haciendo evidente, el me sostuvo por la cintura ya que me tambalee debido al golpe, levante mi vista y me tope con un par de ojos gris tormentoso, la mitad de su rostro parecía cubierto aunque debía ser debido a la oscuridad, no pude detallarlo bien, debía pensar rápido, levante mis manos y tome su rostro, se tenso ante mi toque, lo atraje hacia mi, murmure un “lo siento” antes de unir mis labios a los suyo, el frío de sus labios me hizo temblar, enrolle mis brazos en su cuello,
Último capítulo