Capítulo 127
El mayor deseo de Irina era poder ver a su bisnieto en vida, y Julia le trajo esta nueva esperanza.

Apenas Julia entró por la puerta, la anciana tomó cariñosamente sus manos.

— Niña, has pasado por mucho. Qué tonta eres, si te hacen daño deberías decírnoslo a nosotras, para que tu madre y yo pongamos en su lugar a ese sinvergüenza.

Santiago frunció ligeramente sus cejas marcadas. Ya había traído a Julia a casa, ¿por qué no lo dejaban en paz?

Diana, muy atenta, le recibió el bolso y la acompañó a su habitación.

Apenas Julia se sentó, Diana pidió a la empleada que preparara leche caliente, demostrando un cuidado extremo.

Santiago permanecía tieso en el sofá, completamente ignorado por todos.

— Julia, ya mandé a que prepararan tu habitación de nuevo. Los primeros tres meses de embarazo requieren mucho cuidado, así que te quedarás aquí durante este tiempo. Mi suegra y yo te cuidaremos.

Julia sonrió incómoda. Si se quedaba aquí, ¿no tendría que ver a Santiago todos los días?

Giró la cabeza
Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App
Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App